“Miente, miente a los políticos y a los ciudadanos
afectados, que en un día tan significativo como mañana
querrían tener en condiciones las lápidas de sus difuntos”.
Así de claro lo tiene el ex oficial sepulturero Antonio
Moreno, propietario de una marmolería que durante años ha
competido con ‘Mármoles Troyano’ por la adjudicación de los
contratos públicos para el traslado y colocación de lápidas
en el cementerio de Santa Catalina. El último de ellos, por
un volumen total de 1.056 lápidas y dos meses de ejecución,
lo perdió el año pasado. Después de darse un plazo
“razonable” para comprobar si el adjudicatario cumplía esta
vez (“nunca lo ha hecho”, lamenta) con las condiciones del
contrato, Moreno lo tiene claro: “Ha vuelto a mentir”. “Es
inaceptable que se diga que no es posible colocar más de 2 ó
3 lápidas al día porque antes se colocaban 13 y 15”, critica
el ex funcionario municipal, quien tiene “muy claro” cuál es
el sistema de trabajo actual: “El encargado del cementerio
[Antonio Troyano, familiar de la empresa adjudicataria] dice
que ya se han colocado las lápidas y luego, cuando llegan
las quejas, es contratado para arreglar todos los defectos
en los que incurre antes”.
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