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sociedad - MARTES, 30 DE OCTUBRE DE 2007


José Luis Fernández Básquez. reduan.

entrevista
 

«No abogamos por volver
a las cavernas»

El colombiano José Luis Fernando Básquez es el jefe de máquinas del ‘The Artic Sunrise’, uno de los tres buques oceánicos de Greenpeace, que el pasado fin de semana recaló en Ceuta
 

CEUTA
Rober Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

José Luis Fernando Básquez es el jefe de máquinas del ‘The Artic Sunrise’, uno de los tres buques oceánicos de Greenpeace, que estuvo el pasado fin de semana en el puerto de Ceuta. A sus 37 años, este marino colombiano acaba de cumplir once vueltas al sol enrolado en la famosa organización pacifista y verde. En medio del debate sobre la realidad, o no, del calentamiento global, defiende que Greenpeace no aboga porque el hombre vuelva a las cavernas, de hecho, recuerda, “nuestros buques consumen combustible y contaminan”, porque “la idea es crear conciencia en la gente”. La vida para el encargado de las entrañas del ‘The Artic Sunrise’ “tiene mucho más sentido que llevar carga de un lado a otro”.

Pregunta.- ¿A qué se debió la escala en Ceuta del pasado fin de semana?
 

Respuesta.- Estuvimos en Ceuta haciendo una parada técnica después de navegar durante cuatro semanas por aguas de Canadá. Básicamente cargamos combustible, como 235 toneladas métricas de gasolina para seguir con nuestra campaña por España, esta vez.

P.- ¿Ha sido la primera vez que habéis estado en Ceuta?

R.- Para mí ha sido la primera vez. Hasta lo que yo recuerdo, este barco, The Artic Sunrise, nunca había estado en Ceuta, aunque puede que me equivoque. Este buque pertenece a Greenpeace desde el año 1995.

P.- Sin embargo, el Estrecho de Gibraltar suele ser un área prioritaria para vosotros. ¿No es así?

R.- Sí, exactamente. Es una zona muy estratégica en todos los sentidos. A pesar de que no habíamos parado nunca en Ceuta, sí habíamos transitado por aquí un par de veces: en el año 2003 veníamos del Mar Rojo y pasamos al Mediterráneo y en 2005 estuvimos en Algeciras investigando y documentándonos sobre los barcos que contaminan en esta zona, que es un lugar neurálgico en el que suelen pasar muchas cosas relacionadas con vertidos o paradas de submarinos nucleares averiados en Gibraltar.

P.- ¿Cómo ves la salud medioambiental del Estrecho de Gibraltar?

R.- Mi perspectiva es bastante limitada, porque no tengo la suficiente información, pero la veo como una zona delicada porque es donde se encuentran el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico. El Mediterráneo es un mar prácticamente cerrado y todos sabemos que está bastante contaminado. Es un área especial que tiene limitaciones y condiciones medioambientales, pero a pesar de ello hay muchísima contaminación. Viniendo del Atlántico empiezas a notar bastante la diferencia en el estado del medioambiente.

P.- Me comentabas que el ‘The Artic Sunrise’ llegó a Ceuta procedente de Canadá. ¿Qué estuvísteis haciendo por allí?

R.- En Canadá el buque estuvo participando en unas actividades de protesta contra plantas energéticas, termoeléctricas que funcionan con carbón. Y al mismo tiempo promovíamos la utilización de energías renovables. Estuvimos en la zona de los Grandes Lagos de Canadá y realizamos tareas bastante arduas. La última semana hicimos también entrenamientos de campaña general. Luego nos alistamos para cruzar el océano hacia Europa.

P.- ¿A dónde os dirigísteis tras dejar Ceuta?

R.- Todavíamos no hemos llegado a Barcelona, estamos en rumbo. Teníamos que haber llegado esta mañana, pero el mal tiempo nos agarró y nos ha retrasado 24 horas. Si no cambia el estado del tiempo llegaremos mañana temprano. En este momento estamos pasando a la altura de Ibiza. Tenemos viento de proa y eso nos está demorando bastante.

P.- ¿Vais a llevar a cabo alguna acción en Barcelona?

R.- En Barcelona vamos a hacer un pequeño entrenamiento de manejo de botes. Las zodiacs son una herramienta bastante útil para las actividades que hacemos, pero tenemos que estar constantemente haciendo entrenamientos para poder actuar de manera segura, porque sino te expones a algún accidente o a hacer algo mal. Después de Barcelona iremos a Valencia, donde empezaremos un pequeño tour por puertos españoles, pero no puedo decirte más de las acciones que vamos a llevar.

P.- ¿Cuánto tiempo llevas enrolado en Greenpeace?

R.- Acabo de cumplir once años en Greenpeace.

P.- ¿Cómo fueron tus inicios en la organización?

R.- Mi historia es bastante sencilla. Yo soy marino comercial. Me gradué en la Escuela Naval en Colombia. Comencé en buques de carga; pero la verdad es que desde que me gradué yo ya estaba detrás del buque de Greenpeace. Me costó cuatro años poder, al fin, convencerles para que me aceptaran. Es estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Hay otros activistas que en dos meses consiguen ser aceptados. Yo empecé en el año 1996 y estoy encantado con este trabajo. Me encanta el mar. Soy adicto al mar a pesar de haber nacido en Bogotá, que es una ciudad que queda a más de cien kilómetros de cualquiera de las dos costas colombianas. Navegar haciendo lo que nosotros en Greenpeace para mí tiene mucho más sentido que llevar carga de un punto a otro del planeta.

P.- ¿Cómo es la vida en un barco de Greenpeace?

R.- Comparada con la vida a bordo de un barco de carga o un pesquero es muy diferente, aunque tiene otras cosas muy similares. Aquí todos estamos trabajando tras el objetivo de tratar de crear conciencia para que no se contamine tanto el medioambiente. La motivación es diferente. Somos gente de todos los rincones del mundo. La tripulación básica del barco consta de 14-15 personas. Ahora mismo tenemos unas 12 o 13 nacionalidades a bordo. Navegas tanto con hombres como con mujeres. El ambiente es diferente, porque el rango no está tan marcado. Es una relación más amigable, pero sin olvidar que somos profesionales. Para mí tiene mucho más sentido, aunque hay altibajos también. Los buques que tenemos son ya antiguos y cuanto más viejitos, más trabajo te toca hacer para mantenerlos bien, pero los estándares de mantenimiento que tenemos son muy buenos.

P.- ¿Qué le dirías que debe hacer a alguien que quiera entrar a formar parte de la tripulación de un barco de Greenpeace?

R.- Hay varias maneras de hacerlo. Si tienes experiencia como marino profesional, si has navegado, puedes contactar directamente con el Departamento de Tripulaciones de Greenpeace en Holanda. En internet se encuentran las instrucciones para hacerlo. Como activista se puede hacer a través de la oficina de Greenpeace en España. Los datos se encuentran también en internet. Se puede participar asimismo en Greenpeace siendo ciberactivista. Te pongo un ejemplo hipotético: si en Ceuta se ve que hay muchísima contaminación porque x compañía está arrojando desechos al mar, pueden organizarse y mandar cartas, faxes o e-mails al Ayuntamiento y la compañía responsable. Greenpeace tiene oficinas en más o menos 40 países del mundo. En donde no haya oficinas, lo mejor es participar con las organizaciones locales, que son las que tienen mejor conocimiento de la situación local.

P.- En los once años que llevas navegando con Greenpeace habrá habido momentos difíciles.

R.- Como todo en la vida hay que pasar por momentos difíciles. Uno de los más complicados fue en 1998, cuando uno de los tripulantes murió de un ataque cardiaco. Estábamos en la costa de Ecuador haciendo una campaña de protección de los manglares, porque había muchas piscinas camaroneras ilegales. Uno de nuestros compañeros murió y fue un momento muy difícil para nosotros. Recientemente, este año fuimos detenidos en Escocia por protestar contra la base de submarinos nucleares. Hicimos varias actividades tratando de evitar que este programa de submarinos continuara, porque creemos que el gran montante de dinero que se invierte en esto se podía dedicar a planes mucho más productivos en lugar de estar promoviendo una especie de nueva guerra fría y amenaza nuclear para el mundo. Capturaron nuestro buque en una base de la armada y estuvimos casi una semana detenidos. No es lo más agradable, pero somos conscientes de que puede suceder. No obstante, como miembros de Greenpeace tenemos la total libertad de decidir qué riesgos corremos y cuáles no.

P.- ¿Y algún gran logro que hayás conseguido enrolado en un buque de Greenpeace?

R.- Es muy difícil decir uno en particular, porque lo que hacemos nosotros con nuestras acciones es crear conciencia. Somos un granito más en las campañas que se hacen, trabajando muchísimos meses para obtener logros concretos. Lo que uno hace se ve como muy poquito, pero es parte de un esquema mucho más grande. Para mí, la idea es crear conciencia en la gente a través de todo el simbolismo que utilizamos en nuestras actividades. Concretamente, me alegra mucho algo que conseguimos durante mi primer año en Greenpeace. Hicimos unas acciones bastante fuertes en Estados Unidos contra un barco que llevaba productos de papel derivados de una tala hecha en unos bosques en el oeste de Canadá. A través de nuestra campaña, a los dos o tres años se logró que esa zona fuera protegida; y es algo que recuerdo siempre con mucho cariño. Así hay muchos otros logros, pero también otras veces no se encuentran resultados o todavía los estamos esperando. Por ejemplo, acabo de enterarme que el Gobierno de Francia está tomando una iniciativa bastante buena en cuanto a su política nuclear y sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero. Todo esto son cosas que te hacen sentir útil.

P.- Supongo que no os habrán sentado muy bien las declaraciones de Mariano Rajoy, el presidente del primer partido en la oposición en España, poniendo en duda el calentamiento global debido a la emisión de gases invernadero.

R.- Es una discusión que tiene bastantes años. Nosotros empezamos a hacer campaña contra el cambio climático hace unos 10 años. Desde entonces hemos visto que la industria ha puesto muchísima plata para pagar a científicos que dijeran que no hay problema de calentamiento global. Sin embargo, según pasan los años se va haciendo más real la amenaza y los gobiernos y las industrias se dan cuenta de que es una realidad y que tenemos que hacer algo al respecto. Obviamente, tiene que haber todavía mucha oposición, porque los intereses económicos y políticos son muy fuertes. A una industria tan fuerte como la del petróleo no le interesa que esté mal vista, porque al fin y al cabo sólo les interesa sacar hasta la última gota de petróleo para tener mayor beneficio económico, sin importarles mucho el medioambiente. Es cierto que hay algunas de esas compañías que invierten en energías renovables, pero si lo comparas con el dinero que ponen en la exploración petrolífera, es irrisorio. Es lo que se llama el lavado verde (green washing). Afortunadamente, poco a poco, se va tomando más conciencia al respecto de este problema, pero es de esperar que todavía haya argumentos en contra.

P.- ¿Qué les dirías a quienes acusan a Greenpeace de ser una organización antiprogreso?

R.- Nosotros no abogamos porque el hombre vuelva a vivir en las cavernas. Nuestro buques, por ejemplo, andan con combustibles derivados del petróleo; y lo usamos como un argumento de que la industria no está dispuesta a desarrollar motores que anden con agua, por ejemplo.
 

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