Una idea, una forma de negocio o un sueño en suma. Son el
comienzo de lo que puede ser una gran empresa. A diferencia
de muchas cosas, en este mundo, las ideas no son propiedad
de unos pocos. Cualquiera puede tener una y desarrollarla
para convertirla en su forma de vida. Algo más de medio
centenar de jóvenes acudieron a la Cámara de Comercio a
conocer la mejor forma de generar ideas o, por el contrario,
a aprender a desarrollarlas en el caso de que ya las tengan.
La entidad organizó en el día de ayer las II Jornadas de
Sensibilización del Espíritu Emprendedor en colaboración con
el Consejo Superior de Cámaras y la Dirección Provincial del
Ministerio de Educación y Ciencia.
Las jornadas, que tuvieron un turno de mañana y otro de
tarde, fueron inauguradas por el presidente de la Cámara de
Comercio, Luís Moreno, y el director provincial del
Ministerio de Educación y Ciencia, Juan José León Molina.
La palabra emprendedor siempre ha estado relacionada con el
mundo de la empresa. No obstante el emprendedor puede tener
cabida en muchos ámbitos de la vida fuera de la empresarial.
La definición de esta faceta es la de aquella persona que
crea y desarrolla nuevos proyectos. El encargado de
estimular dicho espíritu en el público asistente a las
jornadas era el director de Formación del Consejo Superior
de Cámaras, Valeriano Muñoz. Éste consiguió captar la
atención de los cerca de 70 jóvenes estudiantes desde el
primer momento de su intervención. Ayudado de un portátil,
una pantalla y un proyector desarrolló su charla.
Personajes tan conocidos como Walt Disney, Pedro Almodóvar o
Emilio Botín fueron pasando uno a uno por la pantalla.
Muñoz, cual trovador del medievo, relató brevemente la
historia de cada uno de ellos. Personas que no nacieron
emprendedoras pero que un día apostaron por desarrollar una
idea y pasaron a la posteridad.
La premisa de que todo el mundo puede fue el hilo conductor
del discurso de este. “La única materia prima inagotable es
la mente humana. La capacidad de generar ideas que tenemos
es infinita”, sentenció.
Hubo una práctica equidad en la presencia de mujeres
respecto a hombres en la sala de conferencias. Muñoz se
alegró por ello y animó a las féminas a desarrollar su
capacidad emprendedora y no dejarse avasallar en un mundo
“todavía machista”.
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