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OPINIÓN - SÁBADO, 27 DE OCTUBRE DE 2007

 

OPINIÓN / EL OASIS

El city hall
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Hace ya varios años, me dio a mí por darle vida a una sección con título en inglés, “city hall”, que tuvo una buena acogida de público y de crítica, como suelen decir quienes cubren las obras de teatro. La sección consistía, mayormente, en contar cosas relacionadas con el vivir diario del Ayuntamiento y alcanzaba su momento más interesante cuando había pleno.

En las sesiones plenarias, de aquel tiempo, yo trataba de ver lo que pasaba inadvertido: detalles grotescos, bostezos carentes de urbanidad, tiques nerviosos, maltrato a la lengua, miradas encontradas más afiladas que una chaira albaceteña, malos modos, mal gusto o buen gusto en los acicalamientos, o bien concejales o diputados que se distinguían por cualquier motivo digno de ser destacado, según mi particular visión del momento.

Aunque por encima de todo ello, lo que más juego me daba era la gresca entre políticos. Y ya no digamos nada si alguien perdía los nervios y terminaba dándole el correspondiente soponcio. La descripción de un patatús, producido por la discusión arrebatada entre políticos y la irrupción en escena de la consabida histeria, vendía periódicos como churros al día siguiente.

Recuerdo esas crónicas parlamentarias, con cierto agrado, cada vez que me detengo a leer lo que suelen escribir los periodistas que son designados para cubrir los plenos. Me ha sucedido con el celebrado el jueves. Y es que el enfrentamiento entre Juan Vivas y Mohamed Alí, créanme, merecía un tratamiento literario acorde con el hecho. Y no limitarlo a unas simples reseñas dando fe de que ambos llevan ya tiempo odiándose fraternalmente.

Tiene usted ‘dos caras’, le dice el presidente de la Ciudad al hombre que lidera la oposición. En una palabra: Vivas no se corta un pelo en llamarle falso a Mohamed Alí. Con lo cual le está diciendo que no es de fiar y que ha perdido su confianza. Y, por si fuera poco, le hace saber que no está dispuesto a permitirle ni una amenaza más ni tampoco ningún tipo de descalificación. Y hace una defensa cerrada del Gobierno: del cual resalta que nunca ha tratado de imponerse mediante la intimidación o la fuerza. Aquí rechazamos la prepotencia que usted nos achaca.

Me imagino que los seguidores del presidente, que son muchos, estarán celebrando la respuesta enérgica de un Vivas a quien tanto se le critica su falta de firmeza en situaciones adecuadas para lucirla. Sin que por ello pueda resquebrajarse su condición de persona tenida por afectuosa y útil.

Pero Mohamed Alí, buen político y hueso duro de roer, no se achanta y aprovecha la ocasión para decirle a JV que si hay alguien falso, mucho más falso, es él. Y que no está dispuesto a seguir soportando un ninguneo inadmisible en los tiempos que corren. Y, claro, las palabras le salen atropelladas y regadas por la bilis de estar en una oposición que no halla el camino idóneo para dejar de ir perdiendo clientelismo a chorros. De ahí la necesidad que tiene UDCE-IU de sumarse al proyecto de Salvador de la Encina.

Pues bien, a mí, la verdad sea dicha, me hubiera gustado estar en ese pleno, del jueves pasado, para haber contado todo lo ocurrido durante la bronca habida entre Vivas y Alí. Y, perdonen la pedantería, seguro que ustedes hubiesen disfrutado de mi exposición de los hechos. Y es que si uno disfruta relatando lo sucedido, transmite ese disfrute a los lectores. Axioma.
 

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