Las cosas se están poniendo feas
en Bolivia y Venezuela. No están saliendo las cosas tal y
como se las prometía ese gran demócrata, donde los haya, el
Chávez. Porque hay que reconocerlo, Venezuela gracias a su
magnifica gestión pude presumir, hoy día, de ser una de las
grandes democracias de Sudamérica. Esa gran democracia, en
la que el Chávez trataba de aglutinar a su alrededor, como
jefe único y exclusivo de todos los países de la zona.
Seguidor y amigo personal de otro gran demócrata, adalid de
los derechos y libertades de las personas, Fidel Castro, se
las prometían muy felices de extender su poder, como si una
mancha de aceite se tratase por todos los países cercanos.
Pero, al parecer, las cosas se le empiezan a torcer por
culpa de los estudiantes que se le han revelado contra las
últimas decisiones adoptadas, por el presidente - cantante,
para los universitarios.
Los universitarios anuncian otra jornada de protestas para
dentro de unos días y seguro que el dictador venezolano, se
está preparando para frenarla con todos los medios a su
alcance. Por supuesto que esos medios son bastantes
importantes.
No es buena cosa tener a los universitarios enfrentados al
poder porque ellos, los universitarios, pueden darle la
vuelta a la tortilla por mucho poder de “persuasión” que
tenga el Chávez a su disposición.
En la mayoría de las ocasiones, contra los universitarios,
ni con esos poderes se les puede vencer. La Universidad,
dictador – cantante es difícil de silenciar y, además, te
creará gran cantidad de problemas.
Les decía que las cosas no están para tirar cohetes en
Bolivia ni en Venezuela. En Venezuela con el problema que se
le ha presentado con los universitarios y en Bolivia, donde
gobierna el de jersey a rayas, también tiene un grave
problema con los que más aportan el 30% del PIB de su país.
Y como resulta que los que se enfrentan al Evo, son los que
más aportan económicamente a su país, el del jersey a rayas
lo tiene bastante difícil, a pesar de que el dictador –
cantante venezolano, por lo que pueda pasar, ha decidido
enviarle tropas venezolanas pro si, por un casual necesitase
su colaboración para meter en cintura a los que no están
conforme y piden que se les dé, a su región, una autonomía
con la que poder desenvolverse.
La cosa, pues, la pintan en bastos. Los nativos bolivianos
miran con recelo a las tropas venezolanas que se encuentran
en su país sin saber, a ciencia cierta, cuál será la misión
que tienen encomendada.
Esto, aunque el dictador venezolano que aspira a ser el jefe
absoluto de toda aquella zona, el “iluminado” que les
llevará a la felicidad total, puede suponer un gran peligro
para sus intereses puesto que, a la larga o a la corta, los
países se revelan contra todos aquellos que les quieren
imponer su voluntad y, mucho más, si esa imposición les
llega de fuera.
Ni en Venezuela, ni en Bolivia, es oro todo lo que reluce.
El mundo está muy adelantado y nadie quiere retroceder al
“paraíso”.
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