Capas, traje de gala: un espectáculo cuando cimbrean al
viento. Los Regulares, esa formación genuina y diferente,
con un toque místico especial basado en la historia indígena
moruna desfilaron ayer en el cuartel de González Tablas,
futuro emplazamiento del Archivo Militar.
Parte de la tribuna cedida al público estaba ocupada por
viudas de Regulares, señoras envejecidas por ir sumando
décadas; un recuerdo de épocas belicosas pasadas que se
mostraban a través de sus arrugas. El cuadro pictórico
llamaba a la memoria e incluso a una melancolía henchida a
través de la historia.
Tampoco quiso perderse el acto el presidente de la Ciudad,
que disfrutó en silencio del orgullo militar de Ceuta, un
auténtico mosáico de cuarteles, una fortaleza viva. “Los
Regulares forman un orgullo para todos los españoles y,
especialmente, para los ceutíes”, comentaba tras el acto
Vivas. “Es digno de mención el detalle que se ha tenido con
el colectivo de viudas de Regulares. Han donado la medalla
autonómica, que les dimos el 2 de septiembre, al cuartel de
González Tablas”, recordó el presidente.
“Es un día especial, porque tenemos aquí a las viudas de los
indígenas regulares”, expresó también José Acevedo, coronel
de este regimiento. Acevedo quiso destacar “la visita de la
casa de Ceuta en Sevilla”, que entregó una placa al cuartel
en el día de ayer. “Y también es un día especial
-continuaba- porque este desfile de hoy -por ayer- nos sirve
para despedir a los 120 miembros del regimiento que se nos
marchan en diciembre a Kosovo”. Fue el día para nombrar a
nueve regulares de honor; para entregar la cruz al mérito
militar al sargento José Antonio Pérez Costoso y al cabo
primero Gabriel Moreno Barba; y para hacer distinguidos a
seis soldados y un cabo primero. El desfile fue despedido
con los sones del himno de Regulares, una pieza que merece
la pena escuchar.
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