Treinta y nueve personas en 10 metros cuadrados se asemeja
más al camarote de los hermanos Marx que a un club de buceo.
Y así es como desempeñan su labor las cuatro empresas que
hay en la ciudad autónoma de Ceuta dedicadas a esta
práctica, apretados: el Club Kraken, el Cas, el Neptuno y el
Ceuta-sub; cada uno cuenta con una caseta de obra.
Una situación que, según comenta José María Argüelles,
coordinador del Club de Buceo Kraken, esperan solucionar por
la buena disposición que mostró el consejero de Economía y
Empleo de Ceuta, Guillermo Martínez, en una reunión el
pasado día 9.
“Se le hizo esta reivindicación y nos comunicó que se haría
un local en el que estaríamos reunidos los cuatro clubes”,
explica el coordinador del Club Kraken, “porque el consejero
está bastante informado del tirón que tiene el buceo y
pareció bastante interesado”.
De momento, los cuatro clubes que operan en Ceuta seguirán
guardando los trajes, bombonas y demás material en una
caseta de obra de unos 10 metros cuadrados. Así, en el caso
del Club Kraken, cerca de 40 socios apiñan sus pertenencias
entre las cuatro paredes. Además, la situación geográfica de
las casetas tampoco es la idónea, ya que tienen un buen
recorrido portando las bombonas de oxígeno hasta las barcas,
situadas al otro extremo del puerto deportivo.
No sólo es la incomodidad de estas instalaciones, advierte
Argüelles, sino “la imagen que damos cuando hay que atender
a los buceadores de otros clubes que vienen a Ceuta”.
El coordinador del Club Kraken asevera que el litoral ceutí
tiene un “extraordinario” interés para los buceadores, por
lo que “hace falta promocionarlo”.
“Cuando voy a otros puntos de España me doy cuenta del
atractivo que tiene Ceuta”, indica. Es por ello, que la
Consejería de Economía y Empleo tiene sobre su mesa el
proyecto de un gran parque subacuático que el Club Kraken ha
realizado y que cree que podría ser “la solución definitiva
para potenciar los fondos marinos” de Ceuta. La iniciativa,
que contempla un informe jurídico y otro de impacto
medioambiental, expone la localización frente a la playa de
San Amaro como idónea para estas instalaciones submarinas.
Según Argüelles, el proyecto del parque subacuático sería
“la punta de la pirámide”, porque “alrededor se van a crear
empresas”, explica, si bien “no se trata de un proyecto a
corto plazo”, ya que la creación de arrecifes artificiales
necesita al menos una espera de dos años.
“Lo que se pretende es que cada fin de semana vengan 100 o
200 personas si se tienen en cuenta a sus familias”,
comenta, “porque el parque requeriría de tres o cuatro días,
por lo menos, para bucearlo al completo; y sería un turismo
de calidad, porque los buceadores tienen normamente un nivel
adquisitivo medio-alto”.
“El parque subacuático podría venderse muy bien en FITUR”,
opina, por otra parte, el coordinador del Club Kraken.
El fondo marino frente a la playa de San Amaro “cumple todas
las características necesarias para un parque subacuático”,
explica Argüelles.
El parque subacuático estaría formado por un arrecife
natural denominado Los Chiclones y por otro artificial, que
se creó en su día con el hundimiento controlado del barco
militar Santa Teresa.
El objetivo del proyecto es la unión de ambos arrecifes,
ampliando el artificial mediante el hundimiento de dos
barcos más que están abandonados: el ballenero Globe y un
transbordador, que están atracados en el puerto. Además, se
sumergerían estructuras prefabricadas por determinar y medio
centenar de réplicas de ánforas romanas, que se clavarían en
la arena como hábitat de morenas, congrios y pulpos, entre
otras especies.
El coordinador del Club Kraken asegura que el punto escogido
para el parque “es idóneo por estar fuera de las rutas de
aproximación de los buques que entran en el puerto, por
carecer de actividad pesquera, porque no se modificaría el
comportamiento de las corrientes, ya que tiene una
profundidad idónea de 25 metros para la práctica del buceo
recreativo y porque el fondo es de arena y el bioto pobre y
escaso”, lo cual se refleja en el estudio de impacto
medioambiental que el club ha realizado.
“La cercanía de esta infraestructura turística al Ceuta
metropolitano es otra de las ventajas que se han valorado a
la hora de decidir la ubicación”, comenta Argüelles.
A este respecto, el miembro del Club Kraken valora que “el
turismo que se pretende atraer requiere pernoctar por la
naturaleza de la actividad que viene a practicar”.
“Se trata, por lo tanto”, opina, “de un proyecto que explora
una solución imaginativa y pionera mediante una
infraestructura turística y económica de primer orden y con
un coste asumible”. Con esta acción, el Club Kraken pretende
la creación de una instalación submarina que genere su
propio ecosistema y sirva de atracción turística para un
sector emergente.
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