Pasadas ya 24 horas bien maduradas de lo presenciado en la
última sesión plenaria, uno tiene la impresión de que el
rifi rafe [el primero serio] entre el presidente Vivas y el
jefe de la oposición, que tanto parece llamar la atención,
era necesario para establecer máximas de responsabilidad que
se intuían diluidas.
Dijo Cánovas del Castillo que la política es el arte de
aplicar en cada época aquella parte del ideal que las
circunstancias hacen posible. Y yo añadiría que con el sano
juego de la discrepancia en virtuosa oratoria y en la cámara
parlamentaria, que es donde se reflejan los posicionamientos
y se despliega la contienda entre adversarios políticos. Ese
santificado lugar es el parlamento. En Ceuta, el Pleno de la
Asamblea.
Dicho esto, el debate de la pasada sesión comenzó a cobrar
cierto grado de calor durante las respectivas defensas de
posiciones en relación a las novedades impositivas que el
Gobierno planteó hacia los ciudadanos. ¿Es una subida de
impuestos?, ¿se trata de una reorganización de las tasas?,
¿es acaso una medida que dota de practicidad a la gestión
del cobro?.
En tanto que el consejero de Hacienda, Francisco Márquez
situó y explicó la medida, la oposición encabezada por un
batallador Ali intentó desacreditar el método con el siempre
fácil y recurrente argumento de la impopularidad para
arrimarse al ascua a su ‘sardina’ ciudadana. La postura del
PSOE, de momento, la obviaré [a nivel
nacional-gubernamental, el partido se encuentra en plena
temporada de rebajas con todo tipo de ofertas. En Ceuta, la
propuesta plenaria fue la de ubicar carteles informativos en
las paradas de autobuses. Bien].
Siempre es impopular obligar a pagar. Es más popular exigir
regalos con el dinero de todos. En una sociedad avanzada y
democrática como la nuestra, los impuestos que abonamos los
ciudadanos sirven, o al menos así debiera ser, para disponer
de servicios básicos adecuados al tipo de sociedad en la que
vivimos. Sería justo además que pagara más el que más
tuviera o más consumiera. Aún así, los impuestos derivados
de la recogida de basura, alcantarillados o si quiera la
factura del consumo de agua, no cubren el gasto real que la
Ciudad soporta. Y eso lo debe saber Alí. Es más, lo sabe.
Pero aún así, no es mala la discrepancia. El Pleno de la
Asamblea debe ser el lugar idóneo para debatir, exponer y
hasta combatir políticamente. Ese es el foro. Y todo ello
sin necesidad de caer en lo personal. No. Ese es el lugar
donde, por excelencia, debe nacer y morir, si acaso llegase,
el duro enfrentamiento político.
Lo digo porque justo después de concluir la sesión plenaria,
la comidilla entre los que ‘viven’ la rabiosa actualidad
política [son pocos ya lo adelanto. La sociedad en general
‘pasa’ de los Plenos] fue el ‘enfrentamiento Vivas-Alí. “Sin
parangón desde que Vivas ejerce de presidente”, dijeron.
Vale, pues me lo creo –dije yo-. Así que como, por
cuestiones que no vienen al caso no estuve en ese momento en
la sala, me visioné el video grabado por ‘EL PUEBLO TV’ [que
ya informo, cuenta con los equipos de grabación
tecnológicamente más avanzados del mercado].
Se debatía un asunto del 112 al que una mala información,
sin rigor, dejó entrever culposo a la oficina de Emergencias
en una circunstancia con desagradable final.
Feo es ya que un político, antes de comprobarlo –medios
internos tiene-, se lance en sesión plenaria a dar carta de
naturaleza a lo que, para desgracia de nuestra profesión,
fue una información falta de contraste y rigor. Pero el
debate se torció al recordar Ali, en ese momento, lo
infructuoso que le resultó solicitar las nóminas de los
funcionarios cuando le advirtieron que, por su condición,
existen mecanismos para comprobar ciertos asuntos.
Así que, desde este momento, el caso nóminas inundó el
ambiente de la sala de debates. Y llegaron los reproches… y
las amenazas, y el calor dialéctico… y la batalla política.
Me gusta la sensación de tensión en el debate. Aprecio el
virtuosismo de la oratoria y la agudeza en la reacción con
rápidos reflejos para la réplica y contrarréplica…. Pero no,
una vez más me decepcionó la situación. Aunque sí he de
decir que me alegré por ver al presidente [hombre
absolutamente moderado] defendiendo con vehemencia lo que
consideraba justo ante los injustos reproches [que también
hay que decirlo] le llegó desde los bancos de la oposición.
La UDCE de Ali [aquí dejo fuera a IU porque ya lo dejan así
incluso los ‘udecistas’] presentó varias propuestas que les
fueron aprobadas y, respecto del famoso caso nóminas, el
propio Vivas le ofreció un debate exclusivo en sesión
extraordinaria la próxima semana porque por un lamentable
error, no achacable al Gobierno, no pudo incluirse en el
orden del día el asunto de las dichosas nóminas.
En la ofuscación de Ali, el lider de la oposición no quiso
apreciar, o no entendió el mensaje del presidente quien no
iba a permitir cargar tintas contra el funcionario por el
error humano de situar un papel en bandeja distinta de la
debida. Pero no, en el in crescendo del ‘udecista’, llegó a
amenazar “por el ejercicio del rodillo” con no participar en
las sesiones plenarias.
Y salió Vivas, con el ceño fruncido y expresión dura, para
recordar que al presidente y a su partido, sin desmerecer la
representatividad de Alí, le respalda la amplísima mayoría
de la ciudadanía reflejada en sus 19 escaños aunque, aún
así, la participación activa de UDCE-IU siempre resultó
deseable para el gobierno en la vida política de la
Asamblea.
Alí, no acostumbrado a ello, le recriminó el tono usado al
dirigirse a él.
Bien, después de este episodio, la sensaciones que tuve
fueron dos bien claras: la primera, me alegró ver a Vivas en
claro enfrentamiento, porque sabe, puede y es el más rápido
de reflejos para replicar y contrareplicar de cuantos ocupan
escaños en la Asamblea. Pero es una rara avis verlo en
semejante situación. Se lo he comentado personalmente en no
pocas ocasiones, sin embargo la inteligencia –de la que está
muy bien dotado- la emplea en el permanente uso de la
moderación y en posiciones de más humildad.
Sin embargo, al también bueno de Alí [al que aprecio] quien
se quejaba del ‘trato’, por el ‘bocinazo’ que le soltó
Vivas, le diré que por mis años de ejercicio de profesión en
activo, he presenciado en los Plenos de todo. He conocido al
célebre defensor de las barriadas, el popular Joselito (qepd),
he visto volar botellas de agua, he presenciado plenos
maratonianos que acababan de madrugada, situaciones en las
que hubo hasta dos alcaldes, viví la pletórica época de
Aróstegui ridiculizando permanentemente al ‘Rafaé’ político,
la época de Fráiz, de Puya, de Fructuoso Miaja, Basilio,
Fortes… Créeme Mohamed, lo sucedido el jueves… un bluf.
También diré que Ceuta ahora no necesita tiempos como
aquellos, ni mucho menos. La ciudad no lo soportaría. Por
eso, me atrevo a pedir responsabilidad, reflexión y evitar
siempre la improvisación. Cumplir sencillamente el juramento
o promesa realizado al alcanzar el nivel de representante de
la ciudadanía (concejal-diputado) del Ayuntamiento-Asamblea.
Con eso bastaría.
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