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OPINIÓN - VIERNES, 26 DE OCTUBRE DE 2007

 
OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Un AVE polémico

Por Quim Sarriá


Este fin de semana me corresponde descansar después de un largo maratón por los pasillos, salas y antesalas del Hospital General. Es bueno que revisen cada una de las cédulas del cuerpo y analicen la salud y fortaleza de las mismas cuando se llega a determinada edad. No hay que dejar pasar ningún detalle si se quiere estar sano el resto de los días.

Aprovechando el hueco, me he colado en mi antigua empresa municipal para saludar a ex compañeros y mandar a freír espárragos a mi ex jefe, yo sé lo que me escribo, pero no le canto las cuarenta. Sin embargo, pese al clima de casi crispación que reina en la empresa, mantuvimos una conversación sobre la actualidad de la misma. Hablamos del oro y del moro; del oro porque desde que los EE.UU decidieron eliminar el patrón oro de su sistema monetario y utilizar el papel moneda como principal referente de su economía, los moros están haciendo valer su oro negro de manera que los americanos cambian su sistema de relaciones comerciales con los demás países por el sistema “patente de corso”.

Ignoro si el petróleo tiene sus días contados, pero lo cierto es –y eso muy pocos lo saben- que la reserva federal de oro de los EE.UU no es la misma de siempre. O bien el oro norteamericano está escaseando realmente, desde la crisis de los 60, o bien en Fort Knox existen partidas de oro adulterado y que en realidad hay mucho menos de lo que el mundo cree. Ignoro si Vds., queridos e hipotéticos lectores, lo saben pero desde 1953 no se ha hecho un buen balance del oro norteamericano. La mayor parte del oro que queda es impuro, ya que procede de la fundición de monedas –contenían plata, cobre y antimonio- que el entonces presidente de los EE.UU, Teodoro Rooselvet decidió retirar de la circulación cuando se declaró ilegal en su país la posesión de oro.

Si yo fuera moro, me negaría a aceptar dólares de papel por mi petróleo y exigiría oro, o por lo menos una moneda respaldada por el patrón oro. Si fuera así, los EE.UU desaparecerían del mapa económico mundial porque no duraría mucho. Ya que como digo antes, la crisis de los 60 obligaron a los americanos a usar gran parte de su oro para sostener el dólar, con la intención de reponerlo más tarde. Nunca lo hicieron.

Como el gobierno norteamericano no permite el recuento testimoniado del oro que tiene depositado, se comprende perfectamente que éste falta en abundancia del interior de sus arcas y para que no se note la carencia invade otros países para ROBAR sus riquezas y que los ciudadanos norteamericanos sigan siendo tan irresponsables usando sus grandes coches y despilfarrando combustible sin pensar en el futuro. Otra cosa no es la invasión de Irak, Afganistán y otros países. No se preguntan Vds. ¿por qué no invadieron, colaborando con el resto de fuerzas europeas, la antigua Yugoslavia?… porque no hay oro ni petróleo, o sea que carecían de botín.

Volviendo a lo de mi ex empresa -bueno eso de ex es relativo por cuanto sigo perteneciendo a la plantilla al menos en un 15%- se avecina una fuerte crisis a causa de la polémica levantada por la obras del AVE. Los problemas se acumulan en las obras y los errores se están pagando muy caros, están dando la razón a los defensores de cambiar el trazado para que pase lejos de la Sagrada Famila, la monumental obra arquitectónica de Antoni Gaudí, y sobre todo están perjudicando gravemente a los trabajadores que utilizan los trenes de cercanías para su habitual desplazamiento casa-trabajo-casa.

Ante la situación creada por la precipitación en terminar las obras del AVE antes de diciembre, el Ayuntamiento barcelonés quiere preparar un servicio especial de autobuses alternativo a Cercanías, por si hace falta. Esto se llama prevención ante la más que posible interrupción de los servicios de trenes. Los socavones de los días pasados así lo aconsejan y la improvisación en sistemas de seguridad durante las obras obliga a mirar con lupa su desarrollo. No sea que la ciudad entera se hunda a causa de los terrenos blandos y los múltiples túneles, alcantarillas y pasos subterráneos existentes.

Cuando decidieron desterrar las fábricas y empresas de la ciudad condal hacia las afueras, no pensaron en el futuro sobre los medios de transportes. Hoy en día vemos con desagrado el resultado de tal precipitación. Menos mal que estoy jubilado, aunque sea parcialmente.
 

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