El miércoles me encontré con
Fernando Jover en el Hotel Parador La Muralla. Estaba el
director del Centro Asociado de la UNED en Ceuta, esperando
que bajara de su habitación el profesor titular de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociología y director del
Centro de la UNED en Segovia, Antonio López, recién
llegado a la ciudad.
La espera duró cinco minutos: tiempo suficiente para que
Fernando diera muestras, una vez más, de ese saber estar tan
arraigado en él y que ni siquiera el paso del tiempo es
capaz de reducir lo más mínimo. En cuanto se unió a nosotros
el profesor que venía a impartir la lección inaugural en la
apertura solemne del acto académico, y tras cumplir con las
presentaciones de rigor, allá que nos pusimos los tres a
pegar la hebra siempre aderezada con pinceladas de humor.
Pronto descubrí, pues, que Antonio López es un conversador
nato y alguien con quien uno no dudaría en charlar a calzón
quitado. Salió a relucir, como no podía ser de otra forma,
que la lección inaugural del profesor iba a tratar sobre el
analfabetismo funcional; algo que consiste, según él, en no
entender lo que se lee y escribe (inmediatamente, se me vino
a la memoria la persona que escribe con el seudónimo de
Crissan).
Antonio López me preguntó acerca de la ciudad, y, bajo la
mirada atenta y el oído presto de FJ, le fui respondiendo
mediante la visión que de ella tengo yo, tras haberla vivido
con cierta intensidad, durante 26 años. Enfrascados en la
conversación, el director de la UNED quiso que compartiera
mesa con ellos a fin de continuar hablando de Ceuta y de
otros menesteres. Decliné la invitación, debido a que me era
imposible en ese momento. Por más que me quedé con las ganas
de aceptarla.
Lo que no acepto, estimado Fernando, es que no me dijeras ni
pío de que Mabel Deu, nuestra consejera de Educación
y Cultura, estaba entre las personas, recientemente
licenciadas, que tenían que recoger la insignia
acreditativa. Parece mentira, que tú, Fernando, olvidaras
recordarme que la señora Deu es ya una licenciada en
psicología. Hombre, coño, eso era merecedor de haberlo
puesto en mi conocimiento. Pero está demostrado, al hecho me
remito, que, últimamente, a ti te da por ponerme al tanto
sólo de lo que te interesa. Aunque en este caso has metido
la pata hasta el corvejón, eh; y por tanto, ello te va a
costar que, durante un tiempo, te apunte en la lista de
quienes tienen puesto por mí la cruz de la ojeriza. Y no te
arriendo las ganancias...
Menos mal, y por ahí puede que te salves, Fernando, que este
periódico, El Pueblo de Ceuta, ha tenido la brillante idea
de dedicarle la primera al momento en el cual Juan Vivas
le hace entrega de la insignia a Mabel Deu, durante el acto
académico. Y así, además de enterarme yo, muchas personas se
habrán dado cuenta de que también hay políticos que suelen
aprovechar el tiempo para estudiar, ampliar sus
conocimientos, y hacer una carrera. Y que no todos los
políticos son dados a tumbarse a la bartola y, ¡hala!, a
respirar hondo.
En lo tocante a Mabel Deu, consejera de Educción y Cultura,
mi pregunta es la siguiente: ¿cuándo abrirá consulta, como
psicóloga, y pondrá a disposición de los necesitados el
diván donde poder aliviarnos de las enfermedades del alma?
Lo digo, claro es, para pedir cita cuanto antes.
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