Recuerdo con sorpresa y gracia, cuando aparcamos en Beatriz
de Silva para hacer no se qué, quizá comprar hilo en Casa
Luis y te aparecía un Guardia Civil con el tricornio y el
bigote y en vez de tener tacto y el saludo de rigor y
recomendar que ahí no se puede aparcar que son los vados de
la Delegación del Gobierno te decía: EH VENGA QUITARSE DE
AHÍ… con los tiempos que corren y los adelantos de este
siglo que te digan eso de eh eh…, después de todo parece
Crónicas de un Pueblo. Me cuenta una joven señora con
minusvalía, que con la peatonalización y obras de calle
REAL, que el autobús no pasa por la calle real y con sus
molestias y achaques se pierde gruñendo en la puerta del
colegio de su hijo. Sin recordarme que de vez en cuando
había que pasarle una escobita y un ambientador a los
autobuses tan puercos en algunos trayectos, ya me entienden.
Otro amigo me recuerda de hacer un artículo de esos vados
permanentes en la Ventanilla Única, en reservado al
estamento tal al director fulano de tal y mengano de tal
después de eso no hay sitio para aparcar, y claro luego el
otro día ayudo a Cristian en la furgoneta de mi empresa,
cual fiel Legionario ayudo a arrimar el hombro a coger los
Bravia, la sorpresa es que tuvimos que subir al frente de la
Sinagoga para descargar la furgoneta, porque no había sitio
para hacer el reparto.
Y como toque final hay que explicar a la policía en moto
como se hace escolta de vigilancia a la Sinagoga, sin poner
la moto encima de la acera y yo por la carretera, que creo
que el agente se dio cuenta de la mirada que le eché y se
bajó de la acera, eso si que es un vado permanente.
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