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OPINIÓN - JUEVES, 25 DE OCTUBRE DE 2007

 

OPINIÓN / EL OASIS

La baza de los socialistas
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Salvador de la Encina es un hombre muy ocupado por su condición de diputado, porque es portavoz de los socialistas en una de las comisiones más activas del Congreso -la de Infraestructuras-, porque es presidente del Partido Socialista en Algeciras, y porque vive pendiente de recibir cualquier día la noticia de que ha sido nombrado director general de vaya usted a saber qué institución. Una aspiración legítima de quien está suficientemente capacitado para ocupar cargos importantes.

Con tantas actividades a las cuales atender, Salvador De la Encina se encontró, no ha mucho, con unos mandamases de su partido que le dijeron que habían decidido poner a prueba nuevamente su condición de taumaturgo: tras ganar fama de político milagrero en Algeciras por haber resucitado, en su día, a un partido socialista que había muerto de la misma enfermedad que el de Ceuta.

Al diputado por Cádiz, hombre tan prudente como sensato, le dieron ganas de mandar al garete a todos los barandas de la calle de Ferraz: puesto que sabía a ciencia cierta que le estaban endilgando una misión imposible. Una de esas misiones donde poco hay que ganar y sin embargo le puede costar ir al hule con una cornada de caballo y quedarse inútil para seguir figurando como hacedor de cosas maravillosas. Que es, a fin de cuentas, la definición de taumaturgo.

Salvador de la Encina pensó, además, que si rechazaba lo que le estaba encomendando “Pepiño” Blanco, y sus adláteres, se le tacharía de no saberse sacrificar por el partido y su expediente quedaría marcado por un no rotundo. Una falta grave. Con lo cual su carrera se vería frenada con brusquedad y alevosía. De modo que no le quedaba más remedio que decir amén y venirse para Ceuta a cumplir con una tarea tan descorazonadora como abocada al fracaso.

De un hombre tan ocupado, como De la Encina, por todo lo ya reseñado, dijimos hace poco que carecía de tiempo y de tranquilidad para asumir una tarea de salvamento que se me antoja ciclópea. Y que, en su empeño, hasta podría sufrir el castigo de Tántalo. De momento, sabemos que el presidente de la Comisión Delegada de la Ejecutiva Federal del PSOE para Ceuta, cuenta con los viernes como único día disponible para ganarse el derecho a ser canonizado por los suyos. Escaso tiempo. Incluso para él; a pesar de ser tenido como milagrero. No olvidemos que Unión Progreso y Democracia, el partido de Rosa Díez, está pescando en río revuelto...

No obstante, y me imagino que Salvador de la Encina lo verá tan claro como yo, la única baza, más bien la mejor que en estos momentos tienen los socialistas -de Ceuta- es hacer buenas migas con Mohamed Alí y Musa. Por razones evidentes y por más que el mero hecho de airearlo cause trastornos gástricos entre quienes se la suelen coger con un papel de fumar. De ahí que el próximo viernes, día elegido por De la Encina para entrevistarse con los dirigentes de la coalición UDCE-IU, éste tiene la oportunidad de apuntarse el primer triunfo.

El triunfo de hacer unos cimientos sobre los cuales construir un nuevo partido. Todo lo demás, es decir, charlar con otros dirigentes, vale como motivo de cortesía. Pero la realidad es la que hay: Alí y Musa son quienes pueden decirle al muerto que ande. Y hasta puede que el difunto corra...
 

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