Dieciocho meses después de que, allá por junio de 2006,
Acuavir adjudicase a la Unión Temporal de Empresas (UTE)
Joca-Jacrissa el proyecto y ejecución de la Estación
Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Ceuta, el delegado
del Gobierno visitó ayer junto a la ingeniera de la obra,
Rocío Rodríguez, el estado de las mismas, que según
destacaron contribuirá a mejorar “sustancialmente” las
características ambientales de todo su entorno, incluido el
área que ocupa ahora la Estación de Bombeo de San Amaro.
El delegado del Gobierno en Ceuta, Jenaro García Arreciado, visitó ayer el
estado de las obras que Joca-Jacrissa inició el pasado 9 de
abril y que deberán terminar, en la primavera de 2009 (el
plazo de ejecución del proyecto es de 23 meses) con la
solución definitiva a un mal endémico de la ciudad, la
depuración previa de las aguas que actualmente vierte
directamente al mar.
En compañía de la ingeniera responsable de los trabajos,
Rocío Rodríguez, Arreciado recordó que la inversión total
del proyecto supera los 22,3 millones de euros, de los que
Acuavir aporta el 85% y la Ciudad el 15% restante.
“El proyecto contempla tanto la construcción de la EDAR como
la impulsión de aguas residuales desde la estación de bombeo
de San Amaro y su posterior salida al mar a través de un
emisario terrestre y submarino de 620 metros de longitud”,
explicó el onubense, quien destacó que cuando esté terminada
la nueva Estación “contribuirá a mejorar las características
medioambientales de todo su entorno y resolverá la urgente
necesidad de depuración de la zona”.
Los primeros beneficiados por el proyecto serán los
residentes en San Amaro, cuya estación de bombeo será
ampliada y remozada para realizar un primer tratamiento del
agua en ella dentro de un edificio de nueva construcción
“totalmente desodorizado”.
Desde allí el agua llegará a una zona de desarenadores y
desengrasadores que precederán a la decantación primaria de
las aguas residuales, que posteriormente serán tratadas
biológicamente (esto es, sin reactivos químicos) hasta en
tres ocasiones.
La nueva EDAR será capaz de tratar hasta 700 litros por
segundo (30.000 al día) y, gracias al tratamiento terciario
que dará a las aguas de los hasta 120.000 habitantes que
podrá llegar a atender en un futuro. El caudal aprovechable,
que tanto la ministra hace unos meses como el delegado ayer
cuantificaron en unos 12.000 litros de agua, se reutilizará
para el regadío de parques y jardines o para el baldeo de
las calles, mientras que el inútil se vertirá al mar
“mediante un sistema de difusión conforme a la normativa que
facilita su rápida dilución con el agua de mar”, según
detalló Rodríguez.
Los fangos, reducidos
Para mejorar el tratamiento de los fangos y residuos
extraídos del agua durante las sucesivas decantaciones la
adjudicataria del proyecto ha dotado de un “novedoso”
sistema de tratamiento del mismo a la nueva EDAR.
“En otras ciudades este sistema sería un lujo”, admitió
Rodríguez, quien sin embargo recordó el coste del traslado
de estos deshechos a la península que se debería asumir para
justificar que casi un 20% del coste del proyecto se vaya a
destinar a ese proceso de evacuación del agua del fango para
reducir hasta en un 80% su volumen.
La ingeniero de Joca-Jacrissa explicó que este último
elemento aún no se ha licitado pero que se incluirá con toda
seguridad en la actuación en forma de un tratamiento de
secado a alta temperatura que reducirá los fangos hasta
convertirlos en “unas bolitas de materia seca que reduce,
considerablemente, el volumen a trasladar y, por tanto,
siete veces el presupuesto del transporte”.
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Arreciado a los bengalíes: “Fuera del CETI no van a mejorar
nada”
El delegado advirtió ayer a los
bengalíes que huyeron del CETI hace más de dos meses por
temor a ser repatriados que su situación “no cambiará” estén
dentro o fuera del centro. “He hablado con el director del
gabinete del ministro del Interior y sólo me ha transmitido
la preocupación por las enfermedades que sufren algunos de
ellos para que que sean inmediatamente atendidos por el
INGESA, como le corresponde a cualquier ciudadano en nuestro
territorio”, amplió Arreciado, quien hizo un nuevo
llamamiento al colectivo para que “se reintegren” en el CETI.
“No van a mejorar ni a empeorar su situación por estar fuera
pero se van a horrar muchas incomodidades con la llegada del
otoño y el invierno”, prosiguió el onubense, quien dijo
“comprender” el “elemento humano” de su postura, pero
también dejó claro que así no van a variar la política de
este Gobierno ni de ningún otro en temas tan importantes
como es la política de inmigración”.
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