Dice su editor que ‘Tic-Tac. Relatos y poemas contra el
tiempo’ es “un complot”. Seguramente no hay un prólogo mejor
para, como dice el García Márquez periodista, “agarrar por
el cuello” al lector de la primera antología de ‘Atlantis
Ediciones’ y llevarle entre las 59 piezas que lo componen
como de una correa.
Es, añade sobre el libro J. D. Álvarez, el impulsor de un
proyecto que pretende “establecer un espacio de creación
para escritores de diferentes ámbitos”, una “maquinacion”
entre autores reunidos bajo las agujas de un reloj “para
mover sus oscuros engranajes eliminando el tiempo,
pervirtiéndolo o contándolo con la yema de los dedos”.
Uno de los citados a esa cumbre fue el jovencísimo escritor
ceutí (de elección y devoción, pues parido fue en
Extremadura) Luis Pérez Malpica, que hace más de un año vio
como “dando la lata”, un trabajo innegociable para cualquier
aspirante a escritor, las promesas de Atlantis se cumplían.
Dice la editorial en su página web que ellos no son de los
apilan manuscritos y los impugnan “automáticamente” por
estilo o ideología.
Parece que es verdad. ‘La vida misma’, la novela corta con
la que Malpica debutó en las editoriales (aún pueden hacerse
con ella en las mejores librerías locales), le dio el
pasaporte para juntar su nombre en ‘Tic-Tac’ a los de muchos
otros autores de prestigio como Luis Eduardo Aute, Espido
Freire, Ouka Lele o Leopoldo Alas.
“Es una forma de darnos un empujón, de agradecer nuestra
constancia”, dice el joven, que se prepara de lunes a
viernes para ser guardia civil y roba tiempo al tiempo para
escribir, su verdadera pasión vital, como portavoz
improvisado de todos los escritores noveles y desconocidos
que, como él, han tenido cabida al lado de los cabezas de
cartel en esta antología.
En su artículo “contra el tiempo”, no sobre el tiempo, Pérez
Malpica escogió a “una persona mayor a quien le falta un ser
querido”. “Cuando estás solo notas más el paso del tiempo”,
argumenta para justificar su elección con la misma
tranquilidad y mesura con la que explica que él, hace ya
siete años (tiene 21) eligió la escritura como su vía de
relajación y su afición preferida.
“Soy más de libros que de autores”, añade después de
reconocer que le gusta más escribir que leer aún siendo
consciente de que “hay que cultivarse y leer para poder
escribir bien, pero no leer por leer”. De entre los primeros
cita entre los más repetidos ‘Crónica de una muerte
anunciada’, ‘La Reina del Sur’ o ‘La muerte del general
Escobar’. Entre los segundos, los firmantes de los
anteriores: Gabriel García Márquez, Pérez Reverte, Alberti.
“Me gustaría vivir de esto pero sé que es muy dífícil y hay
que tener los pies en el suelo”, concluye antes de atreverse
a definir su estilo: “Sencillo”. “Me gusta”, amplía, “hacer
pensar al lector y engancharle”: “Cuando alguien tiene
sueño”, dice, “y tiene tu libro en las manos y piensa: ‘Voy
a leer tres páginas más’ y sigue... Eso es la leche”. De eso
se trata.
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