El Cuartel Fischer cerró ayer su segundo día grande del año,
con la celebración del decimoprimer aniversario del Batallón
de Transmisiones XVII. El acto estuvo presidido por el
general segundo jefe de la Comandancia, Fernando Carbonell.
Además de los 11 años de independencia, se aprovechó el día
para la entrega de condecoraciones y diplomas.
El Batallón de Transmisiones XVII Coronel Fischer celebró
ayer la entrega de condecoraciones y diplomas, aprovechando
el decimoprimer aniversario de la unidad. El acto estuvo
presidido por el general segundo jefe de la Comandancia,
Fernando Carbonell. Tras la alocución de la carta que
conmemoraba los 11 años de constitución independiente del
batallón, por parte de Fernando Lázaro, teniente coronel
jefe del Batallón, se produjo la entrega de condecoraciones
y diplomas.
Cruz al mérito militar con distintivo blanco para: el
teniente de Transmisiones Miguel Ángel Iglesias; cabo
primero de Transmisiones, José María Fuentes; cabo primero
Especialista, Rachid El Uazi; y soldado de Artillería,
Enrique Martos. Se realizó a continuación una mención
honorífica para conocimiento y satisfacción personal:
capitán de Transmisiones, Sergio Pastor; brigada de
Transmisiones, Juan Mate; sargento primero de Transmisiones,
Miguel López; cabo primero de Transmisiones, Francisco
García Chacón; cabo de Transmisiones, Jonatan Hamadi; y
soldado de Administración, Jesús Román. Para terminar con
las condecoraciones, se entregó un diploma de soldados
distinguidos de Transmisiones a: cabo primero, Luis Segado;
cabo primero, Antonio Acosta; y el soldado Rubén Fernández
Mengíbar.
Tras este tramo del acto, los miembros del batallón
entonaron el himno de ‘La muerte no es el final’, mientras
dos soldados con traje de época portaban una corona de
laureles hacia el monolito que honra a los caídos.
La corona de flores fue depositada por el suboficial mayor y
por el teniente coronel jefe del Batallón. Tras este breve
acto se llevó a cabo el momento más emotivo de la mañana en
el cuartel del Fischer, cuando se produjo la descarga de
fusiles. Acto seguido, los miembros del batallón cantaron el
himno de ‘Ingenieros’ para despejar el patio.
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