El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad,
Antonio Serrano, durante la inauguración de un seminario
celebrado el lunes, organizado por la Fundación
Biodiversidad, ha dado a conocer el informe sobre ‘La Huella
Ecológica’ de España. En este trabajo estadístico, Ceuta es
la ciudad española que más contamina del país,
porcentualmente hablando, dado que los habitantes ceutíes
necesitaríamos más de 41 veces la extensión total de nuestro
territorio para satisfacer nuestras necesidades consumistas,
porque consumimos y contaminamos más de 41 veces la
biocapacidad de nuestro territorio. Es decir, Sólo para
Ceuta y los ceutíes, necesitaríamos casi 800 kilómetros
cuadrados
El informe, primero de estas características que se realiza
en España, ha sido elaborado por un equipo de expertos,
según ha explicado la presidenta de esa Fundación, María
Artola.
La huella ecológica, cuyos primeros cálculos datan de
finales de los años 90, es un indicador de carácter global
que fija la superficie (en hectáreas) necesaria para
producir los recursos utilizados y para asimilar los
residuos producidos por una población determinada.
Este indicador en España en el año 2005 era de 6,4, lo que
significa que cada español necesita 6,4 hectáreas para que
produzca todo lo que consume y pueda integrar en la
naturaleza la contaminación que genera.
El informe determina también la biocapacidad (capacidad de
carga) del territorio, que en el caso de España es de 2,43,
por lo que la relación huella/biocapacidad es de 2,6.
Este valor, aunque elevado, es inferior, no obstante, al de
otros países como Estados Unidos (9,7) o Japón (4,7), e
incluso a la media europea (4,7).
Para ilustrar todos estos datos Serrano utilizó el símil de
un vehículo que se conduce por encima de la línea roja de
sus revoluciones, lo que a nivel mundial significa que se
está utilizando el Planeta ‘con una sobre-revolución’. Lo
más preocupante, según el director general, es que los
incrementos en la huella ecológica son ‘tremendamente
elevados’ y en algunos países los niveles son ‘absolutamente
inaceptables’.
Serrano ha asegurado que España está creciendo a una renta
per cápita superior a la media de la Unión Europea, mientras
que desde una perspectiva medioambiental aun se está lejos
de converger.
Ha explicado que la huella ecológica va a seguir aumentando
de manera significativa de aquí al año 2020, de tal forma
que con las políticas puestas en marcha y suponiendo que se
cumplan el 80 por ciento de los objetivos, ese valor
permanecerá constante pero no mejorará respecto a los
niveles de 2004.
Desde un punto de vista global
Desde un punto de vista global, se ha estimado en 1,7
hectáreas la biocapacidad del planeta por cada habitante, o
lo que es lo mismo, si tuviéramos que repartir el terreno
productivo de la tierra en partes iguales, a cada uno de los
más de seis mil millones de habitantes en el planeta, les
corresponderían 1,7 hectáreas para satisfacer todas sus
necesidades durante un año. Al día de hoy, el consumo medio
por habitante y año es de 2,8 hectáreas, por lo que, a nivel
global, estamos consumiendo más recursos y generando más
residuos de los que el planeta puede generar y admitir.
Existen diversos métodos de estimación a partir del análisis
de los recursos que una persona consume y de los residuos
que produce. Básicamente sus resultados están basados en la
observación de los siguientes aspectos:
1. La cantidad de hectáreas utilizadas para urbanizar,
generar infraestructuras y centros de trabajo. 2. Hectáreas
necesarias para proporcionar el alimento vegetal necesario.
3. Superficie necesaria para pastos que alimenten al ganado.
4. Superficie marina necesaria para producir el pescado. 5.
Hectáreas de bosque necesarias para asumir el CO2 que
provoca nuestro consumo energético.
Expertos en la evolución del Medio Ambiente apuntan respecto
de estos datos que “el valor didáctico del concepto de
huella ecológica reside en que hace evidentes dos realidades
ligadas que quedan fuera del alcance de la intuición.
Primero, que el modo de vida característico de los países
más ricos del planeta, no puede extenderse al conjunto de
sus habitantes. Segundo, que una economía planetaria
sostenible exige de esa misma minoría acomodada una
reducción de sus consumos; y también de su nivel de vida, en
la medida en que no pueda compensarse con un aumento
equivalente en la eficiencia de los procesos productivos”.
En cualquier caso, tal y como evoluciona el planeta, con las
necesidades de sus habitantes, necesitaríamos casi dos
planetas como La Tierra para proporcionarnos sostenibilidad.
Lo que indica que la sobre explotación, el sobre consumo y
la sobre-población está haciendo gran mella en la
naturaleza, sin contar aquí la problemática surgida a raiz
del calentamiento de la tierra en lo que al cambio climático
se refiere.
Los datos proporcionados este pasado lunes son altamente
preocupantes y, aunque quizá nuestro país como media no sea
el más contaminante en este aspecto, sí se encuentra en el
vagón de los que más en cuestión de sostenibilidad medio
ambiental. Un hecho cuya solución no se debe enmarcar en el
ámbito de lo individual, ni lo regional, sino debe ser
tomado muy en cuenta en el diseño de políticas mundiales con
grandes compromisos por quienes más contaminan.
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