Señores, las cortinas del
proscenio se están abriendo. La primera aparición ante el
expectante público, ha sido un bucólico y enternecedor
vídeo, si señores, un video donde aparece nuestro mister
Bean en un estado de gracia, rodeado de zetas y en pleno
éxtasis de autocomplacencia. Nunca de boca alguna salieron
tantas excelencias, tantas alabanzas y auto bombos, como han
chorreado de la sonriente boca de Zapatero. En España todo
es felicidad y prosperidad; riamos y bailemos que tenemos
asegurado el futuro y la economía está blindada contra
cualquier disgusto que nos aceche del exterior. Pero la obra
debe estar completa.
No sería un verdadero drama si no hubiera un malo, un
detestable traidor al que cargarle todas las culpas. Es el
PP, el que se opone a todo lo que hace el gobierno perfecto
(el de las ministras de cupo, el de los negociantes con ETA,
el mismo que sostiene un idilio perfecto y entrañable con el
Fiscal General del Estado y con el saltarín juez Garzón.
La trama es sencilla.El Gobierno perfecto lucha a muerte con
el malo, que no ceja de incordiarle pretendiendo que aquel
no desmantele España, que no de tregua a los terroristas,
que se respete el castellano y que cumpla con la
Constitución. ¡Es que, en verdad, el PP es un malo de
verdad! Pero el valiente ZP tiene armas secretas y… zas,
crea el Estatut para los separatistas catalanes. Un golpe
directo al hígado del PP. Suenan timbales y trompetas. En el
segundo acto aparece el TC, donde el malvado PP se atreve a
presentar un recurso de inconstitucionalidad contra el
inocente e inocuo Estatut, para evitar que los separatistas
se salgan con la suya. La Presidenta, Maria Emilia, se
debate en una batalla interna entre su deber y su amistad
con el Presidente, el público se estremece ante tamaña
situación dramática. La siguiente escena se desarrolla en un
lugar público, mientras se celebra un desfile. La hechicera,
amiga del Presidente, se ensaña con la pobre y compungida
María Emilia que intenta defenderse, pero nada puede hacer
ante el poder y la fiereza de la pitonisa.
Empieza el tercer acto. La hechicera protege a los infelices
separatistas vascos y catalanes y amenaza a los malos del TC
con apartarlos de su puesto, para lo cual se valdrá de su
magia.
Nunca la hechicera del Estado había acudido a semejantes
ardides pero, para salvar a los separatistas, cualquier
sacrificio es bienvenido. Sin duda, se pretende que el TC se
quede sin miembros y así ¡muerto el perro se acabó la rabia!
Sólo a una maga se le podía ocurrir una treta semejante. Si
el Estatut no puede ser revisado por falta de magistrados,
los amigos separatistas podrán entonar el ¡Aleluya!, y
lograr sus propósitos de independencia. Zapatero rié,
Rubalcaba se mesa la barba y el polichinela leninista, señor
Fernández Bermejo, baila una danza sobre los restos del PP.
El último acto, ¿podrán los supervivientes del TC, librarse
de los encantamientos de la hechicera? El malo, el PP, se ve
acosado por las fuerzas del bien. ¿A quién se le ocurre
acudir al Parlamento a criticar al PSOE del señor ZP? Mira
que atreverse a reprocharle al polichinela Bermejinsky que
haya anunciado para “el futuro” posibles nuevas
negociaciones con ETA ¿es que están locos? Son
incorregibles. ¿Qué se queman retratos de los reyes? Pecata
minuta. Zapatero tira la casa por la ventana, promete
viviendas, dinero, dentistas, subvenciones por nacimientos,
promete el catalán y,,, la independencia. Falta el epílogo.
Se conocerá en cinco meses, ¡promete ser apasionante!
¿Apasionante?
En las películas de tiempos pasados el desenlace solía ser
amable, los buenos ganaban y los malos sufrían el castigo de
su maldad; pero, ¿ ahora, en tiempo de las bombas atómicas,
de las revoluciones sociales, de Chávez, Castro y Evo
Morales,? Pues, a veces no, a veces los malos como los del
PP, los culpables de cuanto va mal en España, tienen suerte,
y se llevan el gato al agua. En realidad nunca se sabe lo
que puede ocurrir cuando el bueno es peor que el malo y este
mejor que el bueno. ¡Vaya lío!
|