El semanario marroquí ‘Alayam’ publica en su última edición
que “Fassi mantiene muy buenas relaciones con el líder del
PP, Mariano Rajoy. El objetivo es invitarle a Rabat para
intentar solucionar el malentendido entre el PP y Marruecos
en los últimos años”.
Señala que el PP utilizó las relaciones bilaterales entre
Madrid y Rabat para atacar al gobierno de José Luís
Rodríguez Zapatero en temas de inmigración, terrorismo o las
fronteras en Ceuta y Melilla o con Canarias, pero que
después del nombramiento de Fassi la derecha española ya no
ataca a Marruecos como antes. El semanario incluso señala
que la posible llegada del PP al poder ya no preocupa a
Rabat como hace meses, porque habrá un diálogo entre Fassi y
Rajoy.
Los analistas marroquíes creen que el dossier del Sahara
Occidental es un desafío en los próximos meses porque la
actual guerra de declaraciones entre Rabat y el Frente
Polisario podría amenazar la tercera ronda de negociaciones
exigida por la resolución 1754 del Consejo de Seguridad de
la ONU. La falta de diálogo podría llevar al Polisario a las
armas. En consecuencia, dice Abdelatif OSN, que “el nuevo
gobierno debe contener la inestabilidad en el Sahara
Occidental”. Argelia es otro frente caliente. Argel es el
único país de la región que no aplaudió el nombramiento de
Fassi y la formación política que encabeza, el partido
Istiqlal es históricamente hostil a Argelia, por lo que la
tarea del nuevo primer ministro es no solamente seguir
avanzando con Argelia en temas como la lucha contra la
inmigración ilegal o el terrorismo sino avanzar en la
cooperación.
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