Con la de ayer, sumó la enésima vez en que la portavoz del
PSOE en la Asamblea muestra un palpable desconocimiento de
la realidad política que le rodea.
El ridículo es absoluto. Vamos por partes: El pasado lunes,
la portavoz del gobierno, Yolanda Bel transmitió la idea
[empleando la lógica] de posponer el debate de la reforma
del Estatuto en base a un criterio empleado de claro corte
diplomático: “esperar a la celebración de las Generales para
reiniciar los trabajos”. Aún cuando el argumento es
diplomático, resulta de una lógica aplastante. Estoy seguro
de que Vivas [por su talante] es incapaz de ir más allá en
la crítica. Más que nada para evitar dejar en evidencia a un
partido que resulta ser necesario para la convivencia
democrática y del que Ceuta no puede prescindir. Eso lo sabe
Vivas y el que asó la manteca.
Pero la realidad por cruda que parezca es que -al menos
hasta hoy- ¿con quién se sienta el PP a negociar?. ¿quién
hay ahora en el PSOE? ¿sobre qué estructura se asienta un
partido en Ceuta que ha sido aniquilado por Madrid para
iniciar un ‘reseteo’ que evite la renovación?.
La evidencia de que hoy en día el PSOE anda en crisis lo
demuestra que tras las declaraciones de Yolanda Bel el
pasado lunes, desde la sede de Daóiz, Enrique Moya
[activista permanentemente de guardia a las órdenes de la
ex] envió de prisa y corriendo, esa misma noche [después de
ver las noticias por televisión], un fax con un comunicado
oficial en el que mantenía que ni su formación, ni el Grupo
Parlamentario socialista, habían acordado ningún
aplazamiento de las negociaciones por la reforma
estatutaria, y que el PP había tomado esa actitud
unilateralmente “por su incapacidad”. Y se quedó el tal Moya
este tan pancho desde su regalada posición de cancerbero de
la sede.
Al día siguiente, Vivas aclaró que, “sin problemas”, él daba
las órdenes inmediatas para que “si el PSOE quiere”, iniciar
cuanto antes las reuniones para dicha reforma. Sin embargo,
Inmaculada Ramírez, portavoz del Grupo Parlamentario del
PSOE en la Asamblea coincidió en la idea expresada por Vivas
de aplazamiento de la reforma “por ser lógica” hasta después
de las Generales. Lo cual convierte en alucinante el
permanente dislate organizativo que envuelve actualmente a
lo que queda de esa formación que ocupa la sede de Daóiz.
Realmente resulta complicado mantener con semejante
descontrol de partido un mínimo diálogo serio. De tal modo,
que en estos momentos, la figura de mayor garantía para
tratar con el PSOE, no es Inmaculada Ramírez, ni su
compañero de escaño, ni siquiera este tal Moya; lo es el
delegado del Gobierno, a la sazón, delegado de Ferraz. A ver
si De la Encina logra en Ceuta lo que consiguió en
Algeciras.
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