La actualidad me obliga a tener
que recordar, una vez más, lo complicada que es la tarea de
un delegado Gobierno; y, desde luego, las dificultades
aumentan cuando se ocupa ese cargo en Ceuta. Ha de ser
persona de mucho carácter para soportar la presión a que se
le somete en esta tierra. Aun así, es decir, dando pruebas
de firmeza y energía, siendo político avezado, y teniendo
tripas por estrenar, hay momentos en los cuales uno no le
arrienda las ganancias. Y hasta llega a condolerse de él al
verle acorralado por propios y extraños. Y es que, digan lo
que digan los demás, aquí el delegado del Gobierno está muy
mal visto.
Por tal motivo, no entiendo que María Antonia Palomo
pueda estar moviendo Roma con Santiago para sustituir, si
acaso los socialistas ganan las elecciones, a Jerónimo
García-Arreciado. De ser así, a esta mujer habría que
estudiarla detenidamente. Y cuando el especialista nos
dijera que las pruebas de cordura eran excelentes,
catalogarla de arrojada en grado sumo. Y, a renglón seguido,
instaurar el premio al valor femenino para convertirla en
ejemplo de heroísmo. Porque hay que tener madera de
Agustina de Aragón para aspirar a ser delegada del
Gobierno. Y en su propia tierra. ¿O se ha olvidado ya MAP
del quinario pasado por la llorada María del Carmen
Cerdeira cuando mandaba en el edificio de la plaza de
los Reyes? Y cómo Basilio Fernández, entonces alcalde
o presidente de la Ciudad, se las mantenía tiesas con ella.
Eso sí, sin dejar de decir que él hacía socialismo desde las
filas de Progreso y Futuro de Ceuta.
Pero todavía voy más lejos: ¿se imaginan ustedes a la señora
Palomo enfrentada a Pedro Gordillo? ¡Qué
espectáculo!... Un espectáculo que, a buen seguro, sería de
sesión continua por deseo expreso de la demanda ciudadana.
Pero hombre, coño, si se ha armado la tremolina porque
García-Arreciado se ha echado la muleta a la mano izquierda
para esquivar los ataques habidos contra él por parte del
todopoderoso vicepresidente de la Ciudad.
Si es que ni siquiera aceptamos la metáfora o la comparación
cuando se trata de responder a las acusaciones de los
adversarios políticos. Da la impresión de que nos disgusta
menos que llamen a las cosas por su nombre. O sea,
apreciamos menos daño en propalar la realidad cruda. Y es
ahí donde destaca María Antonia Palomo. A ella, sin duda,
jamás se le hubiera ocurrido expresarse como su compañero,
en sentido figurado. Cierto es que yo esperaba una respuesta
de Gordillo acorde con el sarcasmo empleado por el político
onubense. Pero, por lo visto, a PG le ha cogido con el pie
cambiado y se ha quedado sin palabras. Cosa rara en él.
La respuesta de García-Arreciado es la de un hombre que
lleva ya muchos días acusando el sambenito que le cuelgan
tirios y troyanos. De un hombre sin partido en una ciudad
donde le vienen dando caña desde que se levanta hasta que se
acuesta. De una persona que está hasta los huevos de servir
de divertimiento para cualquier mindundi de la política. Y
se ha querido lucir con el último adversario que le ha
salido al paso. Y, claro, su burla cruel ha sido muy
criticada. Yo lo disculpo porque entiendo que ser delegado
del Gobierno, en Ceuta, se las trae. Y de paso, le anticipo
a María Antonia Palomo que la Delegación del Gobierno es
mucha corrida para ella. Le conviene, pues, desistir de ese
nombramiento.
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