Estas elecciones generales se
presentan, políticamente hablando, como ”la madre de todas
las batallas”, para ganar las mismas. La lucha entre los dos
grandes partidos por ganarlas va a ser de las que hacen
época. Se recurrirá a todo lo habido y por haber para
derrotar al contrario.
Lo que sucede es que hay que saber, en todo momento, cuáles
son las armas que se deben emplear para que, las mismas, no
tengan el efecto “bumerán”. Aquel que mejor sepa manejarlas
será, sin duda alguna, el ganador de las mismas.
Las mentes pensantes, de ambos partidos, deben de tener muy
en cuenta todo ello a la hora de ir contra el enemigo
político a batir. Con el tiempo que queda para las próximas
elecciones generales, cualquier error, que se cometa, les
puede llevar a perder el combate.
Y error es atacar, siempre, con las mismas armas al
contrario y empleando las mismas tácticas de desgaste
diciendo, por activa y por pasiva, siempre las mismas cosas.
Y cuando se dicen las mismas cosas, sin otros argumentos,
pasa como con la comida que siempre la misma, por muy buena
que sea, llega a cansar e incluso a aborrecerla.
Al pueblo, ese al que llaman “soberano” y no es más que
garrafón y del malo, no se le puede engañar con la frase
del: ”tú más”. Esa frase está tan manida y caducada que
nadie se la cree, por mucho empeño que pongan algunos en
demostrar, al manda de turno, que el pueblo es tonto de
capirote. Craso error, el pueblo a lo que aspira es a que le
solucionen sus problemas, sobre todos los económicos,
teniendo en cuenta que cada día somos más pobres y que, en
este hermosos país llamado España, aunque a algunos
gilipollas nos les guste, hay once millones de españoles que
no pasan de los mil euros mensuales. Con lo cual, llegar a
fin de mes, es casi un milagro.
Cómo se van a creer, todos ellos y los millones restantes,
que en cada casa con tres pisos, en Andalucía, se les va a
poner un ascensor. Cómo se van a creer los pensionistas que
la subida de la pensiones va a ser de aquí te quiero ver,
cuando la subida va a ser, más o menos. la misma de cada
año. Un puñado de higos.
Eso es lo que, realmente, le interesa al pueblo, el vivir lo
mejor posible y no todas las milongas que les cuentan unos y
otros, para tratar de atraerse sus votos. Con los que, al
fin de cuenta, una vez conseguidos hacen los que les vienen
en ganas, gracias al caduco y trasnochado sistema electoral
que tenemos y que, con motivo del cual, gobiernan las
minorías.
Gracias a este caduco y trasnochado sistema electoral, los
nacionalistas, aprietan las tuercas al Gobierno, sea cual
sea el que nos gobierne, para conseguir sus fines y, en
ocasiones, cuando el Gobierno no acepta sus demandas, les
ponen contra la cuerdas, amenazándoles con quitarles su
apoyo.
Para que el pueblo se acerque, algo más, a lo de “soberano”
habría que cambiar el sistema electoral yendo, como mínimo,
a una segunda vuelta, donde desaparecieran todos esos
partiditos que nada pintan en el contexto nacional. ¿O no?
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