Los ceutíes recordamos con
desagrado épocas pasadas donde los insultos y los
enfrentamientos políticos predominaban en el Palacio
Autonómico junto al despilfarro de los fondos públicos en
juergas interminables. Políticos verbeneros que deambulaban
recorriendo locales nocturnos derrochando simpatía
generosamente y donde la lealtad se alcanzaba exclusivamente
con el otorgamiento de las correspondientes prebendas.
La llegada al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta de
Juan Jesús Vivas significó un cambio radical en los hábitos
existentes transformando la vida política en la Asamblea con
la recuperación del consenso, el dialogo, la cercanía, la
claridad, la nobleza y la honradez. Los enfrentamientos
protagonizados por la máxima autoridad autonómica
desaparecieron totalmente restaurando la paz social y la
armonía.
Con el cambio en el Gobierno de la nación muchos se lanzaron
a pronosticar un cambio en el carácter de Juan Vivas
anunciando el inicio de hostilidades entre Plaza de los
Reyes y Plaza de África. Ataques no han faltado en estos
tres años desde las filas socialistas a la búsqueda de
rédito político que no han fructificado.
A todos ellos, debemos añadir los realizados por el propio
José Luis Rodríguez Zapatero y algunos de sus ministros
llegados a Ceuta con el único objeto de ridiculizar la
figura de Juan Jesús Vivas a través de demagógicos discursos
electoralista que siempre han sido recibidos con lealtad y
honestidad.
En definitiva, un Presidente elegido mayoritariamente por el
pueblo de Ceuta que decidió representarlo con nobleza y
honestidad al margen de trifulcas electoralistas. Presidente
de todos los ceutíes sin exclusiones de ningún tipo que
demuestra su compromiso con los ceutíes con lealtad.
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