Ahora que se vienen dando a la luz
las graves controversias que surgen entre los militantes del
Partido Socialista Obrero Español, lo que ha llevado a la
disolución de la Federación Ceutí por la dirección de dicho
partido de la calle Ferraz llegándose a decir, por parte del
destacado miembro socialista local Basilio Fernández, que la
única auténtica culpable de la crisis ha sido la
“encantadora de serpientes” Antonia Palomo y, además, la
que, dada su influencia personal con altos cargos del PSOE
ha influido para que se llegue a la situación de crisis y
posterior disolución de la Federación Ceutí, todo ello
porque “Palomo quiere ser la próxima Delegada del Gobierno”.
Es conocido que los Delegados del Gobierno (según establece
la LOFAGE) se nombran por acuerdo del Consejo de Ministros
designándose para ello, como es natural, a personas
afiliadas o muy afines al Partido en el poder ya que su
misión, entre otras, es la de representación del Gobierno en
su demarcación, ejerciendo la dirección y supervisión de
todos los servicios de la Administración General del Estado
y sus organismos públicos situados en dicho territorio en
los términos que establece la Ley, siendo el Ministro de
Administraciones Publicas quien dicta las instrucciones
precisas para la correcta coordinación de la Administración
General y el Ministro del Interior en lo que a materia de
libertades públicas y seguridad ciudadana te refiere.
Y viene todo ello a cuento de lo fácil que aquí en Ceuta se
han venido nominando, desde que en 1982 se nombró al primer
civil Delegado del Gobierno (antes habían existido dos
Subdelegados), a personas para dicho cargo, hecho que se
produjo con la extinta U.C.D. y sus dirigentes que, según
los mentideros políticos de la Ciudad, obligaron al cese de
los Subdelegados Ramón María Ferrer y, posteriormente,
Fernando Marín (dicho sea de paso dos excelentes
profesionales del Cuerpo Superior de Administradores Civiles
del Estado) por los deseos de algunos destacados miembros de
dicho Partido en desempeñar el cargo, aun cuando, que
sepamos, ninguno de ellos reunía las condiciones mínimas
para el desempeño de tan importante puesto. Con
posterioridad se mantuvo al frente de la Delegación a Manuel
Peláez que dimitió voluntariamente como consecuencia de un
contencioso que le fue incoado por el desalojo de unas
viviendas de protección oficial que sus beneficiarios no
ocupaban, nombrándose seguidamente a Ramón Berra, al que no
le dio tiempo de ser cesado por su traslado voluntario al
Gobierno Civil de Pontevedra. Luego fue nombrado Pedro
González que también según se supo causó baja a instancias
del Comité Federal del Partido Socialista Ceutí, nombrándose
a continuación a Maria del Carmen Cerdeira que fue
reemplazada por Javier Cosio como consecuencia de ganar las
elecciones el Partido Popular. Este último si que padeció un
“acoso y derribo” por parte de miembros de su misma entidad
política hasta su defenestración, todo ello por apetencias
del cargo de algunos de estos dirigentes populares.
Posteriormente fue Delegado Luis Moro a quien, por su
carácter autoritario y respaldo del Ministerio, los
dirigentes de su partido no optaron por su relevo. Por
último, y ya entramos en la época de Maria Antonia Palomo,
ocupó la Delegación Jerónimo Nieto quien, según ha
trascendido en estos días, también fue obligado al “traslado
de residencia” por apetencias de la ex-Secretaria General de
ocupar el cargo.
Como observarán nuestros lectores, nos hemos limitado a
relatar, muy sucintamente, hechos y no nombres de posibles
auto-candidatos a Delegados del Gobierno (que quizás algún
día expongamos) si exceptuamos el de Antonia Palomo que ha
sido puesto de manifiesto, como hemos indicado, por un
destacado militante de su partido.
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