Bien venidos sean, siempre que
dejen algo bueno en Ceuta y que además se lleven una buena
imagen de la ciudad que transmitirán a medio mundo. Lo que
ocurre es que para llevarse una buena imagen de la ciudad no
hay que pararse en contemplar sólo las vistas, algunas de
ellas únicas, sino que habrá que dar unos servicios, y los
mejores que se puedan, a tono con lo que es y con lo que se
quiere que sea la ciudad. No podemos dar la sensación de una
ciudad fantasma, cerrada a cal y canto en sus
establecimientos.
El fin de semana, pues, tuvo visitantes especiales Ceuta,
pero en las propias manifestaciones de muchos de estos
visitantes se dejaba traslucir la decepción de haber
encontrado “muchas tiendas cerradas”.
Aquí va a estar el quid de la cuestión si es que se quiere
traer turismo de este tipo a Ceuta, porque se puede hacer
que vengan personas que además de que quieren ver cosas
quieren comprar, y si los establecimientos están cerrados,
ya me dirás si en dos meses va a volver a atracar aquí
ningún crucero más.
Ceuta lo tiene todo para ser parada obligada en el paso
hacia diferentes lugares, pero Ceuta, desde hace muchos
años, al menos en el comercio se quedó en punto muerto, sin
atender, salvo raras excepciones, a la calidad de verdad,
con lo que en cuanto se abrieron otras verjas cercanas, a
Ceuta dejó de venir personal.
Si el comercio no da los servicios que la clientela local, o
foránea, pretende, de poco van a servir los proyectos y las
propagandas de “Ceuta ciudad abierta”, cuando al llegar a
comprar una cámara de fotos, por ejemplo, los
establecimientos del ramo están cerrados.
Conocemos muy bien, por ejemplo, el comercio de Andorra, con
un movimiento similar al que tuvo Ceuta en la década de los
70, y allí se abren los establecimientos todos los días, con
lo que te da lo mismo ir el jueves a las cuatro de la tarde
que el domingo a las doce de la mañana.
El tipo de comerciantes de Andorra podría ser similar a lo
que era el de Ceuta de los años que he citado, pero
curiosamente, desde el año 73 hasta hoy, Andorra,
comercialmente, se ha multiplicado por 10, mientras que en
estas mismas fechas Ceuta pasó del todo al casi nada.
Y nadie está pretendiendo que los que trabajan lo hagan “por
amor al arte”, pero sí estamos diciendo que aquí, parece que
hablar de sábados y domingos es decir que hay que tener
cerrado todo, hasta, incluso, algunas cafeterías.
Con estas perspectivas así progresa el comercio de esta
ciudad, y menos progresará si cada visitante se encuentra
con que no va a poder comprar ni el más mínimo de los
recuerdos que quería llevarse de Ceuta.
Tres cruceros estaban programados para el fin de semana, el
Norwegian Dream, un crucero de las Bahamas que traía 1600
turistas y 700 tripulantes, el Sage Rose con 560 pasajeros y
350 tripulantes y finalmente el The World, un verdadero
hotel de lujo en el que no se puede reservar camarote,
porque tienen propietarios.
Si su llegada es positiva, el comercio tendrá que “mover
ficha”, si se piensa que eso no da nada, que luego no nos
vengan con lo de siempre, de que el comercio está mal. Aquí
ya se sabe lo que hay, y lo malo es que haya quien “ponga
palos en las ruedas” para que la máquina no marche. Ya me
entienden.
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