Pregunta.- Leo en la página web de ‘Plataforma Pro’
[organización ciudadana, surgida en el seno de la asociación
‘¡Basta Ya!’ con unos 2.000 asociados en toda España de la
que nace UPyD] que usted se involucra en este nuevo partido
procedente “del desencanto con el PSOE. ¿Cuándo comenzó a
sentirse incómoda en el partido socialista?
Respuesta.- No sé si desencanto es la palabra más adecuada.
Yo he dado la batalla en el PSOE, donde he militado más de
30 años por defender mis ideas: un partido que vertebrara
España, que tuviera un proyecto común y de izquierdas para
todos los españoles para así garantizar la igualdad real de
todos ante la ley. El PSOE fue abandonando esa posición
vertebradora que a mí me parece que supera las siglas porque
tiene que ver con el sentido de Estado y la responsabilidad.
Cuando me he dado cuenta de que mi batalla interna no servía
para nada y he considerado que merece la pena seguir dándola
es cuando me he ido del PSOE.
P.- ¿Cuándo comienza el PSOE a perder ese sentido del que
habla?
R.- Yo conocí ese PSOE vertebrador en la época de Felipe
González, pero comenzó a perder esa línea cuando decidió que
por encima de ella estaba la hegemonía de poder y que para
ello era preciso acercarse a quien le diera poder en
cualquier región de España. Yo me he opuesto a ese giro
durante toda la última legislatura todo el tiempo y con
todos mis argumentos porque creo que para hacer política en
España y defender mejor los intereses de los ciudadanos hace
falta un partido que defienda al Estado.
P.- La clave es, por tanto, la concepción del Estado
R.- En esta legislatura el PSOE, más allá de que el PP se lo
haya puesto fácil en muchas ocasiones, ha roto varios
consensos básicos que veníamos manteniendo desde la
Transición: el modelo territorial, la política
antiterrorista, la política de inmigración, de empleo y
exterior, es decir, todos los pactos que alumbran la
política de un país democrático y moderno. Todos ellos se
han roto durante estos tres años.
P.- Acaba de mencionar al PP. Algunos ex compañeros
socialistas suyos han dicho que usted siempre ha estado más
cerca de ese partido que del PSOE.
R.- Insisto: he dado una batalla interna para no pactar la
lucha antiterrorista con partidos que nunca han querido la
derrota de ETA o para no acordar el modelo territorial del
Estado con formaciones que no creen en él, por poner dos
ejemplos, para marginar a la otra gran fuerza política
acercándose a los nacionalistas. Esa política me parecía
negativa para el futuro de España dentro del PSOE y mientras
he creído que podía plantear una revisión crítica desde
dentro lo he hecho. Cuando he visto que no servía para nada
he decidido seguir defendiendo las cosas en las que creo
desde fuera.
“Regeneración democrática”
P.- Ha explicado qué separa a UPyD del PSOE. ¿Qué distinguir
a su nuevo partido de los Populares?
R.- Nuestra posición política está determinada por nuestro
manifiesto y antes de final de año lo estará por nuestro
programa. UPyD no quiere plantear sólo quejas sino un camino
de solución: una reforma de la Constitución en la que se
revise la adscripción de competencias actuales hasta una
reforma de la Ley Electoral que no premie a los votantes
nacionalistas. Además, abogamos por una regeneración
democrática para que los ciudadanos tengan un mayor control
sobre sus cargos electos a través, por ejemplo, de la
elección directa de los cargos unipersonales como alcaldes o
presidentes.
P.- Algunas de esas propuestas ya las han planteado antes
otras formaciones, incluida Izquierda Unida.
R.- Estas cosas el PP no las ha planteado nunca. Estamos en
una etapa de la vida de España en la que hay que recuperar
los consensos básicos y plantear algunas reformas
constitucionales y legislativas para que los dos grandes
partidos, el uno porque ha renunciado a ser un partido que
vertebre España, el PSOE, y el otro porque tiene demasiadas
hipotecas con sus baronías territoriales, el PP, se atrevan
a tomar decisiones sin pensar en quién va a ganar las
próximas elecciones, sino en las siguientes generaciones.
Ninguno de los dos hacen y por eso pienso que hace falta un
partido inequívocamente nacional en términos de español que
les obligue a comportarse como tales y a enfrentarse a los
problemas reales de los ciudadanos saliendo de su dinámica
de ‘quítate tú para ponerme yo’.
P.- ¿Recortar competencias a las autonomías cree que es dar
pasos hacia el futuro?
R.- Lo que sí creo es que determinadas transferencias
competenciales, hechas seguramente desde la mejor de las
voluntades en su momento, han tenido unas consecuencias
negativas desde el punto de vista de la igualdad, de la
cohesión y de la competitividad de España como país. Estoy
hablando de la Educación, de la elección de los
representantes del Poder Judicial...
P.- ¿En términos ideológicos tradicionales UPyD sería
‘centro-centro’?
R.- Yo pienso que el centro no es nada. Muchos de los
promotores de UPyD venimos de la izquierda, pero abarcamos
incluso el liberalismo político. En este partido ahora mismo
hay muchísima gente que nunca ha militado en ningún partido
que se situaría desde la izquierda democrática hasta el
liberalismo, las dos grandes corrientes ideológicas de la
España moderna.
P.- Su bandera es la de la ‘regeneración democrática’. ¿Eso
qué significa?
R.- La mayoría de nuestros afiliados han tenido desde
siempre preocupación por la política, pero hoy siente la
necesidad de hacer algo más, de dar un paso adelante para
demostrar que no es cierto que media España está contra la
otra media, porque no es verdad. Hablar de izquierda o
derecha simplemente no sirve más que para tirarse los
trastos a la cabeza.
P.- ¿Entonces usted se alinea ahora con los que dicen que la
ideología ha muerto?
R.- No es tanto eso como que desde la izquierda también se
han puesto en marcha políticas que tienen consecuencias
reaccionarias porque profundizan en la desigualdad como el
‘cheque-bebé’, que lo mismo lo cobra el potentado que el que
está en paro y tiene seis hijos. Hoy el debate debe ser
entre las políticas de progreso, de más igualdad, de más
seguridad y de más libertad, y de políticas reaccionarias.
Ahora, para enfrentarse a los grandes temas de Estado hacen
falta grandes pactos para no partirnos por la mitad. Entre
el blanco y el negro hay multitud de grisis en medio.
P.- ¿Los políticos son los únicos responsables del hartazgo
que aparentemente tiene la sociedad de ellos o debemos hacer
un poquito más de autocrítica?
R.- La desafección hacia la política no es un fenómeno
exclusivamente español sino de prácticamente todas las
sociedades modernas. No obstante, yo creo que las
estructuras de los políticos partidos tradicionales,
percibidos como auténticos cárteles desde fuera, han tenido
mucho que ver en ese proceso al acabar confundiendo lo que
es un cargo público y alguien que funciona bajo las
instrucciones de un partido. Mucha gente me dice ‘No les
entiendo, hablan de sus cosas’ o ‘En vez de plantear
soluciones plantean problemas’. Eso es lo que pretendemos
cambiar para que los ciudadanos recuperen el control sobre
la política, que está secuestrada por las estructuras de los
partidos políticos. Para regenerar la política lo primero
que hay que regenerar los partidos y, a través de ellos, la
sociedad.
P.- Empiece por su propio partido: ¿Qué van a hacer para que
no se convierta en otro PP o en otro PSOE?
R.- Creemos que hay que ir a un sistema de elección interna
por primarias y que los cargos electos deben ser elegidos
por los ciudadanos, no sólo por los afiliados, sino también
por los simpatizantes. Pensamos que hay que limitar los
mandatos de los cargos públicos, establecer un sistema real
de incompatibilidades y judicializar las decisiones de los
partidos políticos. Un militante de un partido político debe
tener en su organización al menos los mismos derechos que la
Constitución le reconoce como ciudadano. Hay que ponerle
techo de cristal a los partidos políticos para que los
ciudadanos puedan ver y juzgar lo que pasa por dentro.
P.- ¿No cree que si los partidos tuvieran techo de cristal
al ciudadano aún le producirían más rechazo?
R.- A los partidos le pusimos un techo opaco en la
Transición porque entonces hacía falta reforzar y consolidar
la democracia y para eso hacía falta fortalecer los
partidos, pero la sociedad de hoy ya no es aquella: es más
crítica, está mejor formada y el ciudadano quiere serlo a
diario, no sólo cada cuatro años.
“Igualdad, cohesión y unidad”
P.- UPyD tiene la intención de presentarse en todas las
regiones de España, incluidas Ceuta y Melilla. Dígame algo
que usted crea que su partido puede aportar a ambas ciudades
R.- Nuestra política, en Ceuta, en Melilla y en el resto de
España, tiene una línea común de actuación: hacer los
cambios legislativos y constitucionales necesarios para
garantizar un mayor grado de igualdad y de cohesión a todos
los españoles. Creo que las ciudades autónomas están
afectadas, seguramente más que ninguna otra parte de España,
por esa propuesta porque tratar con igualdad a quien vive
situaciones de desigualdad es profundamente injusto.
Visitaré muy pronto Ceuta y Melilla para hacer allí nuestra
primera presentación y establecer un primer pacto con los
ciudadanos ceutíes y melillenses.
P.- Ceutíes y melillenses aspiran, a juzgar por lo que dicen
sus representantes políticos, a ser iguales al resto de los
españoles elevando el rango institucional de ambas ciudades
al de Comunidades Autónomas. Usted que ha reflexionado tanto
sobre el modelo territorial, ¿qué piensa al respecto?
R.- No sería honesta conmigo misma si dijera lo que supongo
que muchos ceutíes quieren escuchar al respecto. Yo creo que
en esa revisión de la Constitución de la que estamos
hablando hemos de poner todo sobre la mesa: las 17
comunidades y las dos ciudades autónomas. Para buscar una
mayor igualdad y una mayor cohesión y una mayor unidad entre
todos los españoles para su perspectiva de futuro y para su
competitividad hemos de reflexionar sin ningún tipo de
complejos ni limitaciones sobre si el modelo actual es el
idóneo para ello o hay que hacer alguna modificación en él.
P.- Si visita pronto Ceuta no encontrará a ningún ex
compañero socialista con carné después de que la Federal del
PSOE disolviera la Federación Regional el miércoles...
R.- No lo sabía.
P.- Sí encontrará, en cambio, a un amplio ramillete de
partidos locales que se consideran a sí mismos progresistas
o de izquierdas pero que no han sido capaces de ponerse de
acuerdo para presentar un proyecto común a la sociedad ceutí
desde esa perspectiva ideológica. ¿Por qué tiene tantos
problemas la izquierda para llegar a consensos consigo
misma?
R.- La desafección, la orfandad política, en España es de
izquierdas. También es un fenómeno bastante común en toda
Europa que tiene una explicación: los partidos políticos de
izquierdas suelen tener una mayor carga ideológica que los
de derechas, que siempre tienen una mayor capacidad para ir
adaptándose a las circunstancias. Además, la carga
ideológica de la izquierda hace que cuando uno siente que su
partido no responde a sus expectativas la decepción sea
mayor.
P.- ¿Ha decidido ya si será cabeza de lista por Madrid?
R.- No es una cosa que tenga que decidir yo, sino ‘Unión,
Progreso y Democracia’ en su conjunto, aunque no te oculto
que la mayoría de las personas que se han pronunciado al
respecto opinan que así debería ser.
|