Paco Núñez, maestro que fue del mítico C.N “Convoy de la
Victoria”, se nos ha ido. Una desaparición inesperada, que
nos ha apenado a todos. En el curso 1991-92, se marchó a
Alicante, de forma voluntaria y sorpresiva. No lo
esperábamos. Quisimos rendirle un sencillo homenaje de
despedida, pero se opuso.
Paco venía de Tetuán. Hizo las oposiciones aquí, y después
de un breve tiempo en la Campaña de Alfabetización, se
incorporó a nuestro centro, donde permaneció por un tiempo
superior a veinte años. Dominaba perfectamente las
Matemáticas –decían sus alumnos, que las “historiaba”, que
las “comunicaba” muy bien, que actuaba con más
“acercamientos”- y tenía una sólida formación humanística.
En muchas ocasiones se erigía en nuestro médico de familia.
Bastaba que descubriera en algunos de nosotros un leve
problema para enseguida “recetarnos” un fármaco que aliviara
nuestro mal.
He querido decir adiós a nuestro compañero, resumiendo lo
manifestado por nuestros alumnos en mi libro “Un antes y un
después”.
Abselam M. Buskri: “D. Francisco Núñez nos daba las
Matemáticas. Era un buen comunicador. En una ocasión,
hablando de la paz en el mundo, hizo el siguiente vaticinio:
‘La paz en el mundo no se conseguirá mientras permanezca el
problema de Palestina’. Después de casi treinta años, ahí
están los hechos”.
José A. Camacho: “Recuerdo con especial cariño, un profesor
llamado D. Francisco Núñez, que todos los viernes me decía:
‘Camacho echa un vistazo a ver cómo está la ‘cherifa’,
refiriéndose con todo respeto a la Directora del Centro. Yo
bajaba con cierta cautela, observando que todo en el Centro
estaba en silencio. Nos formaba en el pasillo y bajábamos al
patio, donde organizábamos el alegre y divertido partido de
fútbol (Este hecho me llenaba de alegría, ya que debido a
las características de mi horario escolar, esto significaba
para mí una vía de escape)”.
Soad Maimón: “Nuestro compañero, Eduardo Almagro derrochaba
mucha simpatía. Tenía muchos ‘golpes’. Era el Secretario de
D. Francisco Núñez. Habíamos hecho un examen y nuestro
compañero tenía que decir los resultados al profesor. Con
movimientos de cabeza, el profesor asentía, con los
resultados que le iba diciendo Eduardo. Yo había sacado un
0,5, y Eduardo le rompió el cero, quedando el cinco. Como yo
no funcionaba en Matemáticas, D. Francisco no se lo tragó”.
Inmaculada Ortega: “Yo destacaba en Matemáticas,
representando, cuando se aplicaban los exámenes, un serio
peligro, ya que me constituía en un ‘foco’ de difusión. El
profesor, D. Francisco Núñez, me sacaba del aula, y me
ubicaba en el pasillo, con lo cual mis compañeros se veían
privados de mi información. Yo, más que empollona era muy
intuitiva”.
Mª Carmen Geva: “A mí me gustaban las Matemáticas, la
asignatura de mis preferencias. Obedecía a que el profesor
nos hacía las clases muy entretenidas, ya que entre ‘números
primos’ y ‘raíces cuadradas’ nos contaba algunas anécdotas…
Pasaba del buen humor a la seriedad”.
Juan García Contreras: “Con jornada partida, en algunas
ocasiones, de 11 a 12 horas echábamos nuestro partidillo.
El árbitro era D. Francisco Núñez que en uno de los partidos
recibió un fuerte balonazo en la cabeza. Las gafas de sol
que llevaba se les rompieron. Cuando regresó por la tarde,
todavía le dolía la cabeza”.
David Bandera: “Con D. Francisco Núñez viví situaciones muy
simpáticas: ‘Nos decía: ¡vamos a limpiar el ‘mierdo’
ambiente!, y nos llevaba a una zona junto al comedor, donde
crecían brozas ‘descontroladas’. Era un lugar preferido por
mí, pues en él se encontraba un árbol, que me hacía sentir
seguro y alejado de aquella presión insorportable, ¡tantas
horas de clase!”.
Francisco Javier García: “A mí las Matemáticas no se me
daban bien. O suspendía o aprobaba ‘raspadillo’. Pero en una
ocasión aprobé con buena nota, e intuyó D. Francisco, el
profesor, que me había copiado. Me sacó a la pizarra y me la
hizo repetir. Obtuve la misma nota…”.
En D. Francisco destacaban los valores humanos. Nos consta
que fue un padre muy comprometido, que al fallecer su
primera esposa y dejar dos hijas de cortas edades, vivió
intensamente pendientes de ellas. Sólo, cuando ya consideró
la conveniencia de contraer un nuevo matrimonio, lo hizo.
Pero estaba escrito que Paco no sería totalmente feliz, ya
que su segunda esposa también falleció. Pero él siempre con
sus hijas. Ahora nos ha dicho adiós, y con toda seguridad
que estará en el lugar de los elegidos.
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