La pregunta del transeúnte,
conocido y lector de este espacio, me coge de improviso: “
De la Torre, ¿qué será lo que tiene Enrique Moya?... Lo
primero que se me ocurre responderle, así como así, es que
algo debe tener cuando María Antonia Palomo sigue
protegiéndolo entre bastidores. Entre esos bastidores de la
calle de Ferraz donde José Blanco, secretario de
Organización, parece ser que se bebe los vientos por la ex
secretaria general.
Enrique Moya, secretario de Organización, debe estar bien
dotado de talla política para haber sido capaz de mantener
el tipo tras certificar Madrid la defunción del Partido
Socialista de Ceuta. Hay que ser muy Rasputín, pienso yo,
para salir ileso del derrumbe del edificio y, además, ser
nombrado guardián fundamentalista de los restos que trata de
salvar la Ejecutiva Federal.
Mientras tanto, Basilio Fernández ha perdido su habitual
compostura y anda el hombre aireando a los cuatro vientos su
indignación por la tomadura de pelo de la que ha sido
objeto. Y hasta se duele, con emoción de socialista de buena
sangre, de que no le han respetado su derecho fundamental:
que se le escuche atentamente. En una palabra: que los de la
Ejecutiva Federal le han dejado entrever que él está el
primero en la lista de los que no serán admitidos cuando el
partido sea fumigado de arriba abajo, de derecha a izquierda
y de adelante hacia atrás.
Y es que la gente que habita en la sede de Ferraz tiene muy
presente, en la memoria de las inquinas, cuando Fernández se
unió a Francisco Fraiz para convertir Progreso y Futuro de
Ceuta en un partido cuyo objetivo principal era darle
matarile al PSOE de Ceuta. Sí, ya sé que algunos dirán que
cuando lo de Fraiz todavía estaba Pepiño Blanco sin saber a
qué partido afiliarse. De acuerdo. Pero María Antonia
Palomo, insistente donde las haya, no cesa de recordárselo.
Y, claro, Fernández está que se lo comen los demonios. Y ha
declarado algo que uno se atrevió a contar en este espacio,
el domingo 16 de septiembre, que María Antonia Palomo se
está trabajando el ser nombrada delegada del Gobierno. Y
dice BF que todo lo que está ocurriendo es una pantomima a
fin de prepararle un partido con militantes dispuestos a
convertirse en devotos incondicionales de la posible
delegada, si acaso los socialistas ganan las elecciones
generales.
Normal, querido Fernández. Porque dado que el socialismo de
Ceuta ha ido de mal en peor, desde que en los 80 fue
invadido por desaprensivos, chantajistas, franquistas de
poca monta, y trincones dispuestos a hacerse ricos por medio
de la política, en Madrid han decidido jugárselo todo a una
carta: la carta de María Antonia Palomo como delegada del
Gobierno.
De aquí a entonces, es decir a que finalicen las elecciones,
la señora Palomo será preparada en toda regla. Le limarán
defectos y tratarán por todos los medios de que su tendencia
a dejarse llevar por sus emociones no influya negativamente
a la hora de tomar decisiones en un puesto en el cual son
indispensables la templanza, el raciocinio y la malaúva a
partes iguales. Es la última baza que los socialistas van a
jugarse para combatir a Juan Vivas, bajo el lema de todos
contra él. Lo que no entiendo, al igual que el transeúnte,
es qué tendrá Enrique Moya para ser el protegido de María
Antonia Palomo. Y es ahí donde le duele a Basilio Fernández.
|