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sociedad - VIERNES, 12 DE OCTUBRE DE 2007


instalaciones del inem. nicol's.

reportaje
 

¡Como no tienen otra
cosa que hacer!

Apuntarse al paro parece ser más difícil que quedarse desempleado cuando desde que se coge el ‘dichoso’ número con letra B y se le atiende a uno pueden pasar cerca de dos horas y media
 

CEUTA
Rober Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

Me van a permitir que plagie y copie en lo que pueda el estilo a Mariano José de Larra, porque ni soy tan talentoso ni tan romántico –maldita sea–, y su artículo Vuelva usted mañana para escribir sobre las esperas insufribles en la oficina conocida como del paro de la Ciudad Autónoma de Ceuta. “¡Como no tienen otra cosa que hacer!, pueden esperar”, habrán pensado las autoridades, pero gran persona debió de ser el primero que llamó castigo mortal a la espera.

Mi cuarto día en Ceuta y verdad es que la Ciudad Autónoma no es de aquellas que se conocen a primera ni a segunda vista pese a ser una urbe pequeña, pero singular.

Andábame ayer por estas calles a buscar materiales para el periódico cuando pasé por la oficina del INEM en la calle Pedro de Meneses y observe mucha gente en espera. Me asomé y vi la docena de sillas ocupadas y otra docena de personas esperando sobre sus piernas. Volvime a salir y pregunté a un chico en la puerta, porque hasta allí llegaban los desesperados pacientes.

_ ¡Vaya cola! ¿eh?

– ¡Qué le vamos a hacer! –contestó el pobre desempleado.

– ¿Llevas mucho esperando?

– A mí me ha cogido el número un amigo hace más de una hora, pero aquí sigo.

Mi curiosidad me hizo entrar y tomar número: el B97; la cosa iba por el B41 a esa hora, tres minutos pasados de las diez de la mañana –la oficina abrió a las ocho y media para los más madrugadores–.

Al salir, caí en la cuenta de un papel pegado en el cristal que rezaba: “En el día de hoy se atenderán 150 números de tramitación (letra B), no siendo posible atender a más personas, ya que esto redundaría en una merma de la atención personalizada de los usuarios”.

Suscribía el director.

Cierto es que Ceuta continúa registrando la segunda tasa de paro más alta de España, con un 19,09 por ciento, precedida tan sólo de Melilla, con el 21,02 por ciento, según la última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al segundo trimestre de 2007 y publicada por el INE. De las 56.200 personas mayores de 16 años residentes en la ciudad, tan sólo 28.300 cuentan como población activa, de los que 22.900 están ocupadas y 5.400 en paro.

Hice parada y posta en la redacción del periódico y luego me encaminé a la sede de CC.OO. y UGT para recoger, curiosamente, unas valoraciones respecto a la apertura de comercios hoy viernes pese a ser festivo y la posibilidad de que se pudiese presionar a los asalariados para acudir a trabajar. Como sabrán mejor que yo, de camino quedaba la oficina del INEM. A las 10:46 el marcador electrónico había pasado del B41 al B52.

A la vuelta volví a asomarme por la calle Pedro de Meneses. La letra B había pasado al 65 a eso de las 11:35, es decir, una hora y media desde que trinqué el papelito. Algunas caras eran nuevas, otras las mismas; y el chico seguía allí.

– ¿Qué número tienes? –le pregunté.

– El 80.

– ¡Buff! –pensé–, a este ritmo le cierran la oficina a la criatura.

De nuevo en la redacción; y a las 12:15 decidí volverme al INEM viendo que esta historia estaba cogiendo tintes de poder terminar sobre el papel cuché del diario.

Ya no estaba mi amigo, pero la cola era similar. Me sorprendí incluso comprobando que el vigilante de seguridad –sin duda necesario ante la posibilidad real de motines– colaboraba.

– ¿Hay alguien para sellar? –preguntó; y recogió las cartillas.

Me tomé un café en un establecimiento de al lado y puse un cigarrillo en mis labios –el tabaco mata, lo sé, lo tengo que dejar y mejor hubiera sido no haber empezado–.

A las 12:15 la B marcaba el número 91 y no podía parar de pensar otra cosa que “vuelva usted mañana, para lo mismo decir mañana”. El B97 pasó a las 12:21, exactamente dos horas y 18 minutos después de agarrarlo.
 

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