Dicen que la feria, cada uno la
cuenta como le va. Y esa misma frase debería ser válida para
aquellos que nos quieren contar la historia de de este
fermoso país, aún llamado España. Por pura lógica,
dependiendo de quienes sean los contadores de esa historia,
así será escrita. Para saber cómo será escrita, todo depende
de quienes estén gobernando a la hora de escribirla.
Servidor, más que en todos esos contadores de historias sean
de derechas o de izquierdas, me da lo mismo, sólo cree en la
auténtica historia no escrita pero vivida por todos aquellos
que la transmitieron de padres a hijos. Porque nadie,
absolutamente nadie, por muy historiador que sea, jamás
podrá saber mejor la historia que aquellos que la vivieron.
Desde muy temprana edad, me ha gustado sentarme con los
viejos de mí pueblo y escuchar todas las historias del
mismo. Historias reales y verdaderas, de quienes forjaron
las mismas con su esfuerzo, sus sudores y su trabajo.
Historias no escritas, pero vividas por los únicos que
pueden contarlas porque han formado parte de las mismas,
pudiendo relatar, incluso, con pelos y señales como se
forjaron las grandes fortunas de esta tierra.
¿Qué historiador, puede conocer la historia de mí tierra
mejor qué aquellos que la forjaron?. Ellos, en aquellos
momentos, eran la historia real de esta tierra nuestra. Por
eso, mi admiración a todos aquellos viejos que tanto me
enseñaron sobre la verdadera historia de mí tierra.
Más tarde, cuando tuve uso de razón y forme parte de todos
aquellos que escribieron la historia de mi generación, ya no
me hizo falta el seguir conociendo la historia de mis
adorados viejos porque, ellos, habían sido la base para que
nosotros, los de mí generación, esa generación perdida, la
continuáramos hasta que nos llegase el relevo de una nueva
generación.
¿Puede algún historiador contar, mejor que yo o cualquiera
de los que vivimos aquellos momentos, algo sobre mí adorado
Callejón del Lobo, sus gentes y sus pequeñas historias?.
Jamás podría hacerlo porque, todos nosotros, somos la
historia viva de aquella época y nadie mejor que nosotros,
puede saber más, ni tan siquiera igual, que los que forjamos
la historia, del Callejón del Lobo, en aquella época. Por
eso cuando, hoy día, tanto y tanto se habla de la memoria
histórica, sigo opinando que dependiendo de quién o quiénes
las escriban será contada de una u otra forma pero, siempre,
se alejará de la realidad. Les pasará, a aquellos que las
escriban, como dicen en las películas “todo parecido con la
realidad es pura o mera coincidencia” y mucho más si, como
es lógico, arriman el ascua a su sardina.
Me encantaría que, con toda objetividad, sin dejarse de
llevar por nada ni por nadie, se contase la historia real de
España. Eso, me da la sensación no extraña, que es poco
menos que imposible. Hay demasiados intereses creados para
hacer realidad esa historia de España que estamos
solicitando.
Hoy, mañana y siempre, se escribirá la historia dependiendo
desde donde soplen los vientos del poder. ¿O no?
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