La Ejecutiva Federal del PSOE puso ayer punto y final a su
acérrima defensa de las posiciones del sector ‘continuista’
de los socialistas ceutíes sin bajarse de la burra. A través
de un escueto comunicado dirigido “a los militantes,
simpatizantes y ciudadanos de Ceuta” la dirección nacional
del partido decidió disolver la Federación local “ante la
imposibilidad de un funcionamiento normal de la Gestora” y
con la esperanza de que este gesto “supondrá el
relanzamiento del proyecto socialista en esta ciudad
autónoma”. “La Federal ha tomado esta resolución con base a
la normativa y los estatutos que rigen el funcionamiento
interno del partido socialista”, abundó la Ejecutiva que
dirige Zapatero, que confesó que cinco meses después de
nombrar a la polémica Gestora presidida por Enrique Moya se
ha dado cuenta de que aún no se había alcanzado “un normal
funcionamiento interno en el partido”. “A partir de este
momento”, concluyó la nota de prensa, “el principal objetivo
es el de relanzar el proyecto socialista en Ceuta”.
El comunicado pilló tan fuera de juego a algunos cargos
públicos del PSOE que, cuando se lo comunicaron
internamente, les sonó “a broma”. Otros no supieron cómo
encajar la reunión de anteayer de los cargos orgánicos y
electos con el ministro Caldera, un peso pesado dentro de la
Federal, si la Ejecutiva tenía pensado.
En la acera de enfrente, los ‘renovadores’ tampoco
digirieron con mayor facilidad el trance. “La Federal ha
preferido empezar de cero antes que ceder a la presión de
quienes exigían un Congreso Extraordinario con el mismo
objetivo que dice pretender: relanzar el proyecto socialista
en la ciudad”, interpretaron algunos. Otros se apresuraron a
ver en el movimiento la sombra de Antonia Palomo, una de las
primeras personas, si no la primera, que supo de la noticia
en Ceuta: “Mataron al partido antes de ‘abrirlo’, palabra
maldita, porque siempre han creído que es suyo”, ironizaron.
Fuera de Daóiz, sólo Mohamed Ali accedió a comentar la
coyuntura política en que se sume ahora el PSOE ceutí. Pese
a los interrogantes pendientes, el líder de la oposición [al
que por mucho que lo sigan negándo se le ofreció en verano
desde las más altas esferas del socialismo caballa entablar
negociaciones para ser su candidato al Senado] manifestó
“desde el más profundo respeto al partido socialista, a sus
militantes y a sus simpatizantes” su deseo de que el proceso
que ahora se abra sirva para que el PSOE sea “una plataforma
común para las fuerzas progresistas locales capaz de
competir con la derecha en las urnas”.
Asamblea y nuevo censo
La decisión de la Federal está basada, según las fuentes
consultadas, en el Título V de sus Estatutos, relativo a los
‘Procedimientos de elección orgánica’ y más concretamente en
el artículo 59.d, donde se explica que la disolución de una
agrupación puede justificase “cuando concurran
circunstancias [...] que hagan necesario restablecer la
normalización de la vida interna del Partido”.
“En caso de disolución de la Agrupación, los antiguos
militantes perderán todos sus derechos”, prosiguen los
Estatutos Federales (“los únicos por los que hay que
guiarse”, según subrayó ayer un veterano socialista con
mando en plaza), “los cargos públicos podrán solicitar a la
Comisión Ejecutiva Federal el mantenimiento de su condición
de militante, así como los cargos orgánicos de ámbito
superior [representantes en el Comité Federal]”. Así, ni
Ramírez ni Dris ni Moreno, entre otros perderían su
condición actual.
Los militantes actuales perderán “todos sus derechos”
excepto su antigüedad en el partido cuando, tras la
disolución, se eleve un acta de constitución de la nueva
agrupación con un mínimo de 5 militantes reunidos en
Asamblea donde se detallen sus asitentes (militantes,
incorporaciones y traslados) y la composición de su
Ejecutiva. Esto es, bastante más de lo que pedían hacer los
‘renovadores’, pero sin atender explícitamente sus
pretensiones.
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