Generalmente por esta época, al
menos en mi tierra, emprenden el vuelo las cigüeñas en busca
de un terreno más propicio para los meses de frío y,
curiosamente, para regresar a primeros de febrero que no es
que haga ya excesivo calor, en las tierras abulenses.
Se van, pues, tras haber pasado una temporada viviendo de
forma agradable y con las crías que ya se valen por sí
mismas. Pero se van para volver al año siguiente.
Esta, sin embargo, no parece que sea la intención de algún
político de “altos vuelos” que trata de consumir todavía
algún tiempo más, para una vez terminado su ciclo, con buen
puesto, y después de haber tenido otros buenos cargos,
políticos, se entiende, en temporadas precedentes, luego ya
saltar al otro lado del Estrecho y recordar a Ceuta como la
madre que le dio todo, y a la que saludará desde la Costa
del Sol cada mañana.
Todo esto va por ciclos y, ¡¡Cómo se agarran a los cargos!!,
los unos ganados por unas elecciones, legítimamente y algún
otro chollo conseguido por tener un carné a tono con un
partido que ganó alguna elección.
A este político, repito, de “altos vuelos” y no porque viva
en ningún nido de cigüeña, yo lo comparo con otro político
de mi tierra abulense, al que generosamente llamamos “ To pa
mí” y que curiosamente pertenecen ambos al mismo grupo
político, cosas del destino.
Y eso del “ To pa mí” es porque si pudieran o si les dejaran
más, no iban a dejar piedra sobre piedra, que alguien diría
desde el púlpito, en la fiesta mayor del pueblo, de todo lo
que cae en sus dominios.
En los partido políticos y esto es lo que trae el que sean
tan mal vistos muchos políticos, no hay control, o no hay lo
que debiera, con muchos de los que están en cargos de
responsabilidad, y por eso en cuanto uno sin escrúpulos y
los “ To pa mí” no los tienen, no sólo ellos sino toda su
“corte celestial” viven, a partir de ahí, como el mismísimo
Dios, aunque luego ellos prediquen ayudas o “persecución por
justicia”. Esto no va, o no va como debiera ir.
Y mucho menos cuando, a corto plazo, empieza a hablarse de
ciertas viviendas para jóvenes y ya, ahora mismo, hay alguna
mocita que, sin estar casada, naturalmente, cuenta con una
de esas viviendas porque el tito “ To pa mí” por algo es
quien es.
No doy nombres hoy, no doy más pistas, pero es el primer
mensaje a quien corresponde para evitar la golfada y las que
le seguirían.
Y no es que quiera yo que esa mocita se vaya a vivir al
“patio de las cigüeñas”, eso no, pero tampoco quiero que
otras u otros, en las mismas circunstancias, por el hecho de
no tener a papi o a tito “ To pa mí” pase las de Caín para
lograr esa casa, mientras que el o la del “asa de la
caldera” se jacte meses antes de ya tenerlo asegurado. Por
esas no vamos a pasar.
Y en esto, tal vez, los quemadores de estatutos podrían dar
la cara, salvo que estén, no lo creo, hipotecados por algo
similar.
Hoy nos hemos salido de la línea tradicional, hoy hemos
subido al “púlpito”, por algo hemos estado de fiestas
patronales y para evitar que alguien tenga luego que pasar
por el “confesionario” hemos advertido de manejos
irregulares.
Así queremos salir volando alto, como las cigüeñas, pero
estas ahora emigran, con plena libertad, los enchufes los
dejan donde han vivido y lo que es más bonito, se van para
volver a la temporada siguiente, con el mismo enchufe que
tenían.
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