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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 10 DE OCTUBRE DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Las otras noches Mercedes Milá, profesional como la copa de un pino, que se siente orgullosa de ser española nacida en Cataluña, realizó un programa de denuncia sobre todas esas bandas juveniles que se han asentado en suelo español.

A nadie le cabe duda alguna de la peligrosidad de las mismas, y de lo que se puede jugar cualquier persona si tiene la mala suerte de tropezar con algunos de eso elementos, que son una parte más de toda la escoria que nos ha llegado de los países del este y de Latinoamérica.

La denuncia realizada por esta gran profesional quedará en eso, en una simple denuncia y, con toda seguridad, no faltarán los “buenos” de siempre que criticarán esa clase de programas que considerarán contraria, cómo no, a un estado de derecho y libertades. Para llorar, ante tanta estupidez, por parte de todos esos que se las dan de “buenos”.

Naturalmente, hay que comprenderlos, si se les acaba el chollo de esa defensa de toda esta escoria, cómo van a seguir viviendo de la sopa boba sin dar un palo al agua. Estos personajes, “buenos entre los buenos”, se han aplicado aquello que dice: “Ande yo caliente, ríanse la gente”.

El programa de la Milá, me trajo a la memoria aquella celebre reunión a la que asistí, con una parte de esos “buenos” que tanto defienden a los niños llegados a España para que se queden entre nosotros y donde, por supuesto, les di la solución al problema.

Les solicité una lista de todos los componentes de los “buenos”, prometiéndoles entregarle un niño a cada uno de ellos y como faltarían, tal y como fuesen llegando, por riguroso orden alfabético les iría mandado uno a cada uno de ellos.

Los ”buenos”, amigo guarida, se cabrearon conmigo y menos bonito me dijeron de todo. Mi error fue no comprender que todos esos “buenos”, son como son, pero con el dinero de los demás y sin que ellos tengan que cargar con nadie de esos que tanto defienden. Los problemas para otros.

Desde entonces, me he prometido no dar soluciones, a los “buenos” para evitar recordatorio hacia mis familiares más allegado que ya no están entre nosotros.

Tomé esa decisión después de darle como última solución, que para evitar que todos esos niños fuesen a ser maltratados, les acompañasen a sus reactivos países y se quedasen con ellos, para cuidarlos y darles la mejor educación posible.

Pero uno es como es, aunque se acuerden de mis antepasados todos estos “buenos”, creo que la solución a todas esas bandas juveniles es la expulsión a sus países de origen de todos ellos, acompañados de sus padres.

Y los “buenos”, enseguida me preguntarán ¿qué culpa tienen los padres?. Pues casi toda porque, entre otras cosas, tienen que cuidar de lo que hacen sus hijos. Y si se ven amenazados con ser expulsados del país, ya se cuidarán de apartar a sus hijos de esas bandas juveniles. A grandes males, grandes remedios. Los españoles de España, no tenemos por qué soportar la escoria que nos llegan de otros países. ¿O no?
 

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