No es que se busque a un Albert Einstein, es una hipérbole
–ya que el físico-matemático alemán está considerado el
científico más conocido e importante del siglo XX–, igual
que tampoco se busca un Maradona en el patio del colegio del
IES Siete Colinas, pero veintiocho niños ceutíes de 12 y 13
años, seleccionados el año pasado por sus profesores,
participan en dicho Instituto en la llegada a la Ciudad
Autónoma del proyecto ESTALMAT de detección y estímulo del
talento precoz en Matemáticas.
Las clases se imparten desde ayer en el Instituto de
Enseñanza Secundaria Siete Colinas. Cada dos martes
alternos, los veintiocho niños seleccionados dan rienda
suelta a su habilidad matemática entre las cinco y las siete
de la tarde, mientras otros juegan al fútbol o a la play-station,
porque lo que se pretende es que sea una actividad divertida
y extra para estos alumnos de 1º de ESO y 6º de Primaria,
que fueron escogidos por un grupo de profesores de
Matemáticas que pusieron en marcha el pasado mes de junio
este proyecto muy extendido por la Península Ibérica y que
en algunos casos, como Andalucia o la Comunidad de Madrid,
tiene ya más de diez años de solera.
La convocatoria se difundió en los centros escolares de
Ceuta con el objetivo de detectar, orientar y estimular de
manera continuada el talento matemático de este grupo de
estudiantes.
María José Béjar, coordinadora en Ceuta del proyecto, y
Concha Cantos, asesora del Centro de Profesores y Recursos
de la Ciudad Autónoma, son dos de las maestras que se
preocuparon de que los alumnos más aventajados pudiera
adquirir a través del proyecto ESTALMAT unas enseñanzas de
Matemáticas más motivadoras para sus aptitudes.
“Un grupo de profesores pensamos en la posibilidad de
detectar alumnos con una buena disposición matemática,
siempre que ellos quisiesen, al igual que sus padres”,
advierte la coordinadora en Ceuta del proyecto ESTALMAT, ya
que las clases se dan fuera del horario lectivo obligatorio.
Aunque se quería seleccionar 30 y finalmente fueron 28,
Béjar explica que para una ciudad de 80.000 habitantes “no
está nada mal”, habida cuenta de que en cada provincia de
Andalucía, por ejemplo, se dirige a 60 niños.
En la prueba de selección se propuso a los alumnos de 11 y
12 años problemas no evidentes, es decir, “lo que nosotros
queríamos ver es qué se les ocurría, que pensaran por ellos
mismos, discurriesen por dónde podía ir la solución”.
Los resultados, a juicio de la coordinador del proyecto,
fueron “muy sorprendentes”, en especial una niña de 12 años
que “escribía con las palabras justas, tenía capacidad de
síntesis y daba varias soluciones, pero proponía cuál era en
su opinión la mejor”.
Un hecho distintivo del proyecto ESTALMAT frente a, por
ejemplo, las Olimpiadas Matemáticas, es que en aquel se
suprime la competitividad, lo que suele llevar asociado una
carga de presión no muy adecuada para un niño.
“Esto no es nada competitivo, no hay premios sino que se
hace por una vocación por las matemáticas, queremos que les
gusten por encima de todo”, concluye Béjar.
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