Es el deporte de las últimas
semanas, pero un deporte nefasto que, además, califica, de
por vida, a aquellos intransigentes, con todo lo que no va
por sus derroteros o por el camino subliminal que ellos se
han montado.
Veo en la portada de nuestro periódico El Pueblo de Ceuta
que, unos cuantos gamberros se han dedicado a quemar
contenedores en la zona del Morro y nada me extraña que sean
alabados por aquellos que se oponen a todo lo que significa
orden y control, con cámaras o sin ellas, para el tráfico o
para que las calles no sean la ley de la selva.
La quema de contenedores no debe entrar en las bendiciones
propugnadas por ese sector que se autodenomina “progre”.La
quema de contenedores es más propia de los desalmados y
gamberros que hacen el mal por el mal.
Pero a esta noche incendiaria, a lo mejor por eso, la había
precedido otro acto en el que el “fuego” era el
protagonista, ¡¡Vaya por Dios!!, en la quema del Estatuto de
Ceuta.
Esto ya es de más calado, porque si quemas lo que tienes,
poco o mucho, te quedas sin nada, y comenzar desde cero
sería lo más complicado.
Afortunadamente, El Pueblo de Ceuta ha tenido el buen gusto
de no dar demasiada cancha a este acto, porque sería dar
cancha a quienes nada tienen que perder y sí mucho que
ganar, con sólo que les saquen dos o tres veces en “los
papeles”.
Viendo el grupo de personas que estaban en esa “quema” uno
debe hacer un par de matizaciones:
1º, que hay quien ha jurado o prometido al entrar en la
asamblea de Ceuta, tras conseguir uno o varios escaños en
las últimas elecciones. Esa o esas personas juraron o
prometieron con ese estatuto en vigor.
2º, luego están los descontentos de siempre, los que hace
tres legislaturas que “no rascan bola” en las elecciones y
para no tener que cerrar “el chiringuito” salen en casos
como este a dejarse ver.
Este es el caso de Aróstegui y los que le secundan, ahora, y
desde hace algún tiempo, Antonio Vázquez, un ex de UCD y del
CDS, partidos serios en su día en los que hizo un buen papel
y con bastante prestigio, cosa que en estos pachangueos
comandados por Aróstegui no va a lograr.
Y ya que citamos a Aróstegui, ahí estaba, faltaría más, no
podemos dejar de lado a Chaves, un chaval joven, creo que
válido y que se va a quemar, si no está quemado ya en ese
partido que hecho al estilo y corte de Juan Luis Aróstegui
es una lacra en la política de Ceuta.
Si pasado mañana, para figurar, otra cosa no, le llamaran a
Aróstegui para otra formación de más base, estoy seguro que
cambiaría de posicionamiento, aunque no de actitud, con lo
que en cuatro semanas, fuera cual fuera el grupo, lo dejaría
hecho un patatal.
Por eso, en actos como el de la quema del Estatuto, al que
no asistieron los grandes partidos, los partidos serios, “el
que parte el bacalao” es ese que, aunque lo ha intentado, no
logró un solo escaño en la Asamblea de la Ciudad, y que al
paso que va será siempre un “quiero pero no me votan”. Y es
que el personal sabe cuando hay que votar a alguien que sabe
y puede hacer algo útil, no a cualquier encantador de
serpientes como es Aróstegui.
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