Como advertí desde el primer
momento, la elección por Mohamed VI de Abbas El Fassi para
el cargo de Primer Ministro no me parecía de buen augurio y
los hechos parecen ir yendo en esa dirección. El devaluado
líder istiqlalí parece incapaz, a un mes ya de las
elecciones y a un poco de menos de su soberana designación
(19 de septiembre), de formar un nuevo equipo de gobierno,
si bien justo es recordarlo sus antecesores (el socialista
Yusufi y el tecnócrata Yettu) precisaron de 40 y 30 días
respectivamente, una señal más de lo lentas que van las
cosas en nuestro vecino país del sur y eso que el nuevo
equipo gubernamental debería disminuir en cinco carteras,
pasando de 34 a 29. Me permito adelantarles una de mis
intuiciones: el reforzamiento del papel del joven Soberano
Alauí con la nominación real de los ministros de soberanía.
Cosas normales bajo una “Monarquía Ejecutiva” pero que, con
otros parámetros políticos, darían bastante de que hablar.
Volviendo los ojos hacia ese nuestro país que, todavía, se
llama España, destaca este fin de semana la redada contra el
entorno político etarra ordenada (¡albricias, al fin!) por
el juez estrella de la Audiencia Nacional, el jiennense
Baltasar Garzón. ¿Solo o en compañía de otros…? Porque del
operativo, seguido con amplia resonancia mediática, emana un
fuerte tufo a electoralismo político: a ver, un juez,
ambicioso, que no dudó pese a no tener competencias en
personarse en Atocha el triste 11-M, a ver si sacaba tajada;
un juez con claras veleidades políticas, que no dudó en
solicitar el procesamiento para el ex Presidente Aznar por
la guerra de Irak; un juez fullero, en cuyo despacho
“duerme” desde hace año y medio la investigación sobre el
chivatazo policial que permitió eludir la cárcel al capo de
las extorsiones etarras, Josefa Elosua; un juez que todavía
el 13 de septiembre en Asturias apoyó las negociaciones
entre Zapatero y ETA; un juez que hace pocos días, el 29 de
septiembre, permitió una manifestación en Lizarza,
organizada por el entorno etarra contra la alcaldesa
“popular” Regina Otaola… , ¿es precisamente este juez el
que, ahora, cambia de rumbo y decide actuar contra 23 “batasunos”,
de los que ya se ha visto obligado a soltar a dos?. Esto
huele a política monclovita y posicionamiento preelectoral,
alentado por un juez altamente politizado al que bien podría
aplicársele el adjetivo de prevaricador por incumplir,
reiterada e injustamente, esa misma ley cuyo acatamiento
parece justo en estos momentos tanto preocuparle.
No quisiera, querido lector, acabar estas líneas sin un
emocionado recuerdo a las madres, a esas madres que con
tanto sufrimiento nos llevaron nueve meses en sus entrañas y
nos parieron, con dolor, después. En todas las culturas y
religiones la madre ha sido venerada. No digamos en el
Islam, como nos recuerda un ‘hadit’ (seguro) de Muslim.
Y es que, como todo musulmán sabe, “El Paraíso está a los
pies de las madres”, de ahí la tajante reprobación para
quien insulte o mente, soez y malamente, a la de cualquiera.
Por cierto Larbi Mateis, ah jai, chof, ¿qué opinas sobre el
debido respeto, no ya a la propia madre, sino a la de los
demás…?
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