La procesión de San Daniel llenó de solemnidad la jornada de
ayer. Cientos de ceutíes, aunque no tantos como se esperaba
porque el tiempo amenazaba con lluvias, acompañaron al Santo
en su recorrido por las calles de Ceuta. Por primera vez,
los hermanos costaleros llevaron a trabajaderas al Patrón
que siempre había sido trasladado por los porteadores.
El día comenzó prontó ayer domingo, y el halo del Patrón de
la ciudad autónoma embargó el ambiente de la jornada que se
prolongó hasta más allá de las 19 horas con la velada de San
Daniel. El sol tiñó el cielo de Ceuta hasta media tarde por
lo que la carrera ciclista, la tradicional bendición de
animales, el paso de gigantes y cabezudos y la paella se
disfrutaron tan alegremente. Sin embargo, el caprichoso
clima removió las nubes que parecían anunciar lluvia.
Quizá esta fue la razón por la que cientos de ceutíes se
concentraron para seguir al Patrón, pero menos de lo que se
podía esperar en una fecha tan señalada.
Y no sólo fue la procesión, que fue precedida por la
actuación del Coro Nuestra Señora de África, el único evento
que contó con menor asistencia. El número de ladridos,
maullidos y píos fue también menor tal como se comprobó en
la bendición de animales, en la Santa Iglesia Catedral. Y en
esta ocasión no hubo ni caballos ni cerdos, estampa tan
peculiar de otros años. Los protagonistas de 2007 fueron los
perros, los gatos y los pájaros, es decir, los animales más
domésticos.
A la bendición le siguió la fiesta de Gigantes y Cabezudos y
la velada infantil, en la que entre juegos y piñatas, los
niños de Ceuta que quisieron pasaron la mañana.
El largo recorrido procesional, en el que estuvieron las
autoridades militares y civiles y religiosas de rigor, entre
ellas Juan Vivas y Enrique Vidal de Loño, concluyó con la
velada de San Daniel, después de caminar por la plaza de
África, el Paseo de las Palmeras y vuelta por Jaúdenes, el
Patrón llegó a la Catedral.
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