El otro día, el líder del PSPC Juan Luís Aróstegui, volvía a
despacharse con su inconfundible estilo, centrando esta vez
sus críticas en la “gestión” de lo que se ha venido en
denominar Centro Comercial Abierto.
La idea del Centro Comercial Abierto, que por cierto, en
otras ciudades está funcionando razonablemente bien, se
abraza en Ceuta y se impulsa por el Gobierno Autónomo, como
un elemento más que ayude a la dinamización del sector
comercial, que ha venido siendo atacado sistemáticamente por
diferentes crisis, coyunturas y no pocas desidias tanto
públicas como privadas. Y parece en este instante de
justicia recordar, que una de las pocas ayudas públicas de
los últimos años, aunque muy importante, que este sector ha
recibido, fue la aplicada por el entonces ministro Eduardo
Zaplana, consistente en bonificar las cuotas que los
empresarios del sector pagan a la Seguridad Social. Otros,
que prometieron ampliar la medida y adoptar planes
inmediatos para la reactivación del comercio, van a acabar
esta legislatura sin despeinarse, probablemente.
Aróstegui sabe que esto es cierto y, por ello, tengo la
sensación de que su ataque no va dirigido contra la idea en
si, sino en relación con la forma de gestionarla. Porque es
cierto que el sector está necesitado de ayudas y cuantas más
mejor; pero si lo que Aróstegui apunta es cierto, resultaría
que los beneficiarios de la iniciativa serían sólo unos
pocos, a su vez también beneficiados por las inversiones
públicas realizadas en la zona denominada centro, las
cuales, sin duda, han elevado el valor de mercado de los
locales ubicados en la zona, pudiendo ser que el esfuerzo de
todos haya generado plusvalías a algunos pocos que, a lo
mejor, rentabilizan pronto.
Y no es menos cierto que ayudar es eso: cooperar con
alguien, pero ¿qué cooperación existe, si la parte ayudada
no aporta un esfuerzo cuando menos semejante a la ayuda
recibida? Si en el primer período de implantación de la
iniciativa empresarial (esto es importante: se supone que es
una iniciativa empresarial), la Ciudad Autónoma lo sufraga
prácticamente todo, el éxito de la operación está en serio
peligro, porque en aquello en lo que no hay serio
compromiso, riesgo en definitiva, hay poco de empeño y mucho
de especulación. ¿Qué podría ocurrir si los resultados de
modo inmediato no satisfacen a los beneficiarios?.
Esto si que es especular, me refiero a lo que yo me voy a
responder a mi mismo, pero sería posible que cuando sean las
cuotas de los socios las que deban financiar los costes de
gestión del Centro Comercial Abierto, caso de mal resultado
a corto plazo (el mismo que el de las ayudas públicas), con
desistir de la iniciativa, culpando además a todos los
gobiernos del mundo por el fracaso, la misma se habría
finiquitado sin mayores riesgos. Lo peor, lo de siempre:
fondos públicos enterrados (¿?) en otra iniciativa fallida y
no está Ceuta como para seguir enterrando (¿?) fondos
públicos.
Aróstegui lanza un aviso y, como casi siempre, aportando
ninguna alternativa, no obstante su aviso es como para que
sea considerado por quienes corresponde.
(¿?): Empresa privada, con tentáculos en la CECE, Comités de
Seguimiento y Ciudad, según dicen algunas malísimas lenguas.
Bibliografía: Además del líder del PSPC, Cámara, etc.
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