Y, a veces, irresponsables, o así
lo parecen una gran parte de los futbolistas de los equipos
grandes, como pueden ser del Madrid o del Barcelona aquí, y
de otros grandes en Europa.
La idea no es nueva. Hace años que lo venimos detectando,
pero en los últimos tiempos la situación está llegando a
unos límites fuera de los cauces de la normalidad en
cualquier tipo de sociedad.
Lo hemos visto hace un par de temporadas con Ronaldo y
compañía en el Madrid. Tenían el club como plataforma de
lanzamiento para sus devaneos y para buscar cada día más
publicidad, aquello era una vergüenza.
Ahora lo seguimos viendo con Ronaldiño, otro “niñato”
enriquecido en el Barcelona que entrena cuando a él le
parece bien. Luego, es cierto, en un partido hace dos
diabluras, marca un tanto bonito y todo el mundo le ríe las
gracias.
Pero hay más, a rebujo de jugadores de este tipo, hay otros
que sin haber dado, jamás, una patada a un bote, se
consideran superiores a cualquier premio Nóbel para también
ellos hacer de las suyas.
Esto no lo veo claro, y gracias a que las televisiones se
pegan por televisar el fútbol y pagar todo lo que sea,
porque ellas van a ganar mucho más, que si un día falla el
invento televisivo, todo el mercado se irá a hacer puñetas y
esos sueldos multimillonarios pasarán a mejor vida.
A lo largo de los años hemos visto sobre el terreno de juego
a los Di Stefano y Kubala, a los Cruiff y Pelé, a Eusebio o
Collar, junto con Gento, Amacio y un largo etc., todos ellos
ganaron dinero, pero ni de lejos en las proporciones que
ganan ahora, y lo que es más, todos sudaron las camisetas,
eran profesionales, se entregaban a tope por sus colores y
para ellos el club lo era todo.
Hoy se da mucha verborrea y no ha faltado algún jugador que
viniendo al Osasuna, por ejemplo, cobrando buen dinero, no
sabía si ese nombre era el de una ciudad o el de una marca
de caramelos.
La última desfachatez que hemos visto, precisamente en su
competición preferida, ha sido la del Madrid en la Champions,
hace dos días, frente al Lazio.
Jamás al Madrid se le presentará, ni se le ha presentado un
chollo como este Lazio, que inexplicablemente está jugando
la Champions. Con un equipo así se puede hacer una verdadera
exhibición y además ganar por goleada. Pues no hubo nada de
eso, comenzaron bien, marcaron un golito y luego a dormitar,
a esperar la jugadita para ver si llegaba otro gol, pero de
meter la pierna, nada de nada.
Así llegó al final con 2-2 y porque los italianos no son
nada en Europa, que otro cualquier equipo hubiera sacado los
colores a “ciertos niñatos”, apoyados por grupos mediáticos
fuertes, caso Guti, y que tiene que salir su día para que
hagan algo positivo.
Actitudes así, por mucho que haya quien lo enmascare, van a
llevar al final de la época de la “gallina de los huevos de
oro”, porque la ilusión de miles de aficionados se pisotea,
cuando dos o tres jugadores piensan que son imprescindibles
y juegan sólo tres partidos completos cada temporada.
Un técnico como Schuster que lo ha sido todo como jugador,
no sé si tendrá tragaderas para aguantar ciertas cosas, que
desde hace media docena de años se dan en esa casa, y que
los jóvenes van cogiendo el testigo de lo peor.
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