La historia de Caperucita es atemporal porque la tradición
oral es una característica intrínseca de las personas. Los
grandes clásicos no pasan de moda porque los primeros
cuentos se escuchan en casa. Abuelos y padres, sin
esforzarse, trasladan a los más pequeños las historietas que
ellos oyeron en casa cuando eran niños. Por eso, ‘El gato
con botas’, ‘La cenicienta’, o ‘Pinocho’ se mantienen
impertérritos a los cambios que conlleva la transformación
social. Así lo atestigua Mati, que celebra este año, una
década al frente de ‘La hora del cuento’, en la Biblioteca
Municipal, para niños de 6 a 12 años. “Hay cuentos que
traspasan las generaciones”, afirma.
No obstante, reconoce que hay otros que se ‘reciclan’; se
adaptan a las nuevas formas de concebir la violencia, la
intolerancia, el racismo o las relaciones entre padres e
hijos para su uso como textos educativos. Temas como el
‘bullying’ o acoso escolar también tienen cabida para la
cuentacuentos ceutí. “Hay un libro que se llama ‘Papel para
enemigos’ que trata ese tema; en ese sentido, los autores
juveniles e infantiles se reinventan sin cesar”.
Cuentos como ese son los que emplea, desde hace diez años,
cada miércoles en la Biblioteca. De media, acuden unos
veinte niños a la ‘Hora del cuento’. “Han llegado hasta
cincuenta en un día, aunque empecé con uno, pero de la
veintena no bajan”, dice orgullosa Mati.
Con amplia experiencia como divulgadora literaria entre los
más pequeños, ayer celebró diez años de sesiones como
cuentacuentos y, según aseguró, mantendrá la misma fórmula
que le ha valido para conquistar a los niños en los últimos
años: “Utilizar los cuentos para familiarizarles con la
Biblioteca, además de emplear los recursos del baúl
(disfraces, máscaras u marionetas)”.
Su intención de mantenerse en la misma línea de trabajo se
mantiene con los habituales encuentros con escritores. El
último en visitar Ceuta fue Gonzalo Moure, a Mati le
gustaría que en 2008 visitase el centro Jordi Sierra i Fabra.
El conocido autor infantil y juvenil “tiene una agenda muy
apretada, pero particularmente a mi me haría mucha ilusión
que participase en mi hora del cuento”, explica.
Entre las cosas que seguirá sin hacer, será leer el cuento
de ‘Pulgarcito’ a los niños. “No es que me parezca poco
educativo ni que carezca de valores, es simplemente que no
me gusta y hace años que no lo cuento, salvo que me
insistan”, dice la cuentacuentos más conocida de Ceuta.
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