El mundo progre, el progre “de
leches”, siente aversión por todo aquello que implique
control y orden. Para esos progres hay que dejar todo a su
libre albedrío y, no sé si piensan que, el que más pueda que
sea el que mejor viva, en la ciudad, en el campo o en
cualquier centro, aunque sea de formación.
Por eso, desde el momento en el que se comenzó a pensar en
Ceuta que se podrían solucionar muchos de los problemas
existentes, y no sólo de tráfico, con la colocación de unas
videocámaras, hubo quienes pusieron el grito en el cielo,
como si la ocurrencia hubiera venido del mismísimo Franco,
de los años 50.
La idea, señores progres, a Franco ni se le hubiera
ocurrido, vino de personas responsables que para poder
realizar su compromiso con los ceutíes, desde que se
hicieron cargo de las riendas de Ceuta, quieren que esto
funcione bien, y después de que funcione bien, que funcione
mejor.
Pronto las voces salvadoras, iluminadoras del “no sé qué”,
trataron de impedirlo e incluso se ha tenido que dirimir el
asunto en los tribunales.
Mira por donde, la Justicia ha dicho que no se va en contra
de la ley y que las cámaras pueden utilizarse.
¡¡Vaya cara de dolor de muelas!! Que se le tiene que haber
puesto a alguien y no por las cámaras, que les importará un
bledo, sino por el papelón que acaban de hacer también en
esto.
Porque, si consideraban que era dar un tirón de orejas al
Gobierno de la Ciudad y congraciarse con los pocos votantes
que han tenido, por haber logrado romper este proyecto, a
partir de ahora no van a saber qué tema abordar para que los
pocos que les votan sigan confiando en ellos.
Lo importante, votos a parte, es que esas cámaras van a
vigilar un poco más, que a partir de ahora esos caballitos
de las motos se tendrán que ir “a pastar” a alguna finca de
Andalucía, Extremadura o Salamanca, y que muchos de los
gamberros van a tener que cambiar de oficio.
Con todo, el triunfo del equipo de Gobierno de la Ciudad
Autónoma no habrá sido tal triunfo si eso no se controla
totalmente, y se ponen los correctivos necesarios cuando se
detecten las infracciones.
Es más, por mucha “maquinita” que haya, si no se está
atendiendo las 24 horas del día por personas perfectamente
preparadas y con ganas de trabajar, de poco habrá servido el
que la Justicia haya dado la razón al Gobierno de la Ciudad.
Y una prueba deque el invento no debe ser muy demoníaco es
que hemos visto, como en Madrid, en pleno centro, Calle de
la Montera, Gran Vía y cercanías, también se van a instalar
unas videocámaras de este tipo. Y que sepamos nosotros, el
actual alcalde de Madrid, dentro del PP, no es que
pertenezca a ningún grupo reaccionario, porque si por algo
se viene caracterizando es por estar “como una especie de
topo” con parte de sus correligionarios.
Yendo al asunto, por tanto, podemos llegar a la conclusión
de que el control y el orden tienen que estar cerca, y el
orden no debe ser exclusivo de grupos de derechas más o
menos duros, el orden tiene que ser y es elemento
imprescindible para que una sociedad funcione y propugne,
desde una buena educación hasta unos comportamientos a tono
con lo que debe ser la actuación del hombre, esquivar esto
es promocionar el gamberreo.
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