Les comentaba ayer que nuestros
vecinos marroquíes seguían con mucha atención, en relación
al aun inconcluso “dossier saharaui”, los pasos que se van
dando desde España. Empecemos por el hondo suspiro de
satisfacción de Rabat (desconocemos los motivos, aunque
algunos los intuimos) tras el aluvión de personalidades
españolas que, en plena guerra del Líbano, se dejaron caer
por Marruecos en el verano de 2006: desde Don Juan Carlos el
24 de julio, a la hierática Vicepresidenta Fernández de la
Vega en agosto y el propio Rodríguez Zapatero a primeros de
OCTUBRE.
La agenda bilateral bullía de asuntos pendientes: la
emigración (se acababa de concluir una, inoperante,
conferencia euro-africana…en la que el inefable ministro
Moratinos ni citó siquiera a Ceuta y Melilla), el Sáhara,
las aguas territoriales (en Canarias y las ciudades
norteafricanas) y aun la propia existencia de las mismas. Mi
idea es que Rabat recibió garantías en una doble dirección:
primero, la neutralidad española ante el desenlace del
proceso sahariano; segundo la activación solapada, basada en
una política de hechos, de la “célula de reflexión” pactada
en su momento entre Hassan II y el Presidente Felipe
González: el nuevo “hospital de Marruecos” en Ceuta, ciudad
querida, es solo una de las puntas visibles de este peculiar
“iceberg” diplomático.
Estos días Marruecos saca a la palestra la existencia de
asociaciones españolas de víctimas del terrorismo que
lograron reivindicar, para decenas de familias españolas
víctimas del ”Frente Polisario”, el mismo trato que a las
víctimas del terrorismo de ETA. Efectivamente, en OCTUBRE
de 1985 bandas armadas polisarias atacaron en aguas
internacionales próximas al cabo Bojador un pesquero
canario, “El Junquito” y una patrullera de la Armada, “El
Tagomago”. ¿El resultado?: dos muertos (uno de ellos
militar), decenas de heridos y seis pescadores secuestrados
transferidos a los campos de Tinduf. No era la primera vez:
desde 1.977 los “polisarios” han asesinado a veintinueve
españoles y secuestrado a más de cincuenta… El 29 de
OCTUBRE el gobierno socialista expulsa a los delegados
del “Frente Polisario” en España y declara el carácter
terrorista de la organización.
El “juez estrella” Baltasar Garzón (el mismo por cuya
defectuosa instrucción están hoy en la calle peligrosos
terroristas islamistas) examina actualmente una carta
firmada por varias asociaciones solicitándole se persiga de
oficio a varios dirigentes del “Polisario” por estos hechos.
Paralelamente, la “Asociación de Víctimas del Terrorismo de
Canarias” (ACAVITE) se apresta a movilizarse para perseguir,
judicialmente, a Ahmed Boukhari, actual representante de la
RASH en la ONU y delegado del “Frente Polisario” en Madrid
durante los atentados de 1.985.
Pese a éstos, un entramado fundamentalmente “izquierdista”
sostuvo desde entonces numerosos comités de ayuda a los
campamentos de Tinduf, incluídas “colonias de vacaciones”.
Lo que muchos ciudadanos de buena fe desconocen (yo le
vivido) son las redes mafiosas que, más tarde, trafican y
especulan con su generosa ayuda humanitaria…
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