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OPINIÓN - MARTES, 2 DE OCTUBRE DE 2007

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El circo
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Poco a poco se va perdiendo y es una auténtica pena que espectáculos de este tipo apenas puedan sobrevivir en nuestros días, además de que en muchas ocasiones ha dejado de gustar incluso a los niños.

La televisión de hoy ha cambiado, para mal, la mayor parte de las buenas costumbres, de mayores, y la casi totalidad de gustos de los chiquillos.

En estos momentos, las “maquinitas” esas que tanto daño están haciendo y los programas de la televisión en los que predomina la sangre y las luchas, han hecho que cualquier chiquillo trate de jugar, pero con algo que no le divierte, sino que le obsesiona.

El circo divertía y divierte, aunque ya queda poco. Todavía recuerdo cuando, una vez al año, aparecía por mi pueblo alguno de esos circos que iban de feria en feria. Ese día ya era día de fiesta para todos, e incluso aquellos espectáculos que no eran brillantes, siempre aportaban algo positivo.

Hace pocos días vi el anuncio del Circo Sensaciones, que se ha instalado en Ceuta y va a estar aquí algo más de una semana.

“Buena cosa es esta” dije para mí, “cuando menos habrá unos cuantos chavales que se desengancharán, durante dos hora de los dibujos animados de la televisión”, y seguía yo pensando que “también dejarán de ver, al menos un día, algún otro programa en el que aparece la violencia”. Era lo que pensaba y es lo que sigo pensando ahora mismo.

Las referencias que tengo de este circo son buenas, más bien, muy buenas y alguien que ha asistido me ha comentado que tiene mucha calidad y que es un espectáculo recomendado no sólo para chiquillos, sino también para personas de más años.

Además en este circo aparece una atracción que es exclusiva suya, la actuación de cocodrilos en libertad, pues todos aquellos amantes de los animales van a tener, a muy pocos metros de ellos, una especie difícil de ver en muchas partes, y casi imposible de tenerlo al alcance de la mano.

Al circo, como a los espectáculos cómicos en los toros, era costumbre que fueran los abuelos con los nietos, el día que correspondía eso en la feria.

El abuelo ponía la disculpa de que así se divertía el nieto, pero a lo largo de la función las primeras carcajadas no aparecían en los pequeños, sino en aquellos que les habían llevado.

Por eso, no es extraño, al ver el reportaje de ayer en El Pueblo de Ceuta, observar en la gradas a muchos niños, pero también a muchos de sus acompañantes pasándolo muy bien, y que no han ido sólo como obligación para acompañar al pequeño, sino como un capricho también, para ver algo que, a diario, no ven en televisión.

Si en muchas ocasiones hemos criticado los programas de la televisión, también debemos valorar lo que en la década de los años 70 hizo por este espectáculo, con aquella familia de verdaderos artistas que nos presentaban el: Había una vez un circo.

Los Gaby, Fofó, Miliki y toda la saga de la familia Aragón se ganaron muy merecidamente el respeto de dos generaciones a las que divirtieron y entretuvieron con un espectáculo sano, nada hortera y que mantuvo tardes enteras a toda la chiquillería delante del televisor, disfrutando, y no viendo espectáculos macabros.

Aquello desapareció, la saga fue reduciéndose y pasando a otras cosas, cuando desaparecieron los mayores. ¡¡Qué pena!!.
 

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