Como ciudadano medio del país, no puedo disponer de un
presupuesto que colme todas mis esperanzas de redomado
consumista de bienes y me alargue las horas de ocio
disfrutando de la vida como un marqués. Bueno, marqués de
los tiempos del antiguo régimen, por lo que es ahora dudo
que los marqueses tengan tantos privilegios. Aunque algunos
se las dan de marqueses… con dinero ajeno.
A pesar de que el estamento político nacional –que no tiene
nada que ver, por suerte, con eso de la escopeta nacional-
correspondiente a eso que se llama oposición nunca está
contento cuando los Presupuestos Generales del Estado son
realizados, preparados y enfocados por el Gobierno de turno,
no cabe duda que han sido realizados, los correspondientes a
2008, de acuerdo con el nivel alcanzado por el país en el
concierto económico mundial.
Desde luego que yo no soy un economista, ni siquiera quiero
hacer un ensayo sobre esas cuentas de las que sólo entiendo
de cifras gordas. Cifras gordas relacionadas con los
totales, no se vayan a equivocar, que engordan a su vez los
distintos Ministerios de manera que no pasen hambre.
Lo que si entiendo es la postura de Rajoy, en todos los
actos de éste hombre, acerca de sus protestas sobre los PGE…
como tiene creído que va a ganar, quiere tenerlos a punto de
caramelo con el objetivo de disponer de cuanto más mejor.
En cuanto a las partidas destinadas a la Ciudad Autónoma de
Ceuta, Melilla es otra cuestión, considero que lo declarado
por el Delegado del Gobierno, García-Arreciado acerca de que
son los mejores presupuestos que ha tenido la Ciudad no
podría tener otra calificación que lo dicho, si contemplamos
que son 13’4 millones más que en el presente año. Una subida
siempre es bien recibida ¿no?... o es que queréis todo el
oro y el moro.
Ahora bien, si entramos en el destino del dinero que
recibirá la Ciudad veremos que siempre sobraran partidas
económicas de difícil justificación, al menos dentro de las
reglas por las que se rigen los PGE, y que irán destinadas a
gastos no incluidos en los mismos… como si lo viéramos desde
el punto de vista de un campesino de cualquier rincón del
territorio español.
Dispongo de una buena base de datos con informes, para todos
los gustos, relacionados con varios asuntos de interés
ciudadano y en la que se incluyen, en la base de datos,
noticias de prensa –lo que se llaman recortes- en las que
puedo constatar la enorme diferencia entre los del PP,
cuando gobernaban, y el de los socialistas. La diferencia
está en que la deferencia hacía nuestra ciudad está más
demostrada por los socialistas que por los peperos… y eso de
que éste último partido es el que gobierna en nuestra
ciudad, ¿dónde estaba la solidaridad?
Hemos de tener en cuenta que no sólo debemos calcular lo que
el Gobierno de la Nación destina a nuestra ciudad de manera
directa, si no que debemos contar con las inversiones que
los distintos Ministerios incluyen en sus propios
presupuestos y que son destinados al mantenimiento,
incremento o gestión de sus respectivas competencias en la
ciudad y ello significa el incremento al que alude el
representante gubernativo… es muy fácil engañar al pueblo,
por parte de los dirigentes peperos, exclamando por medio de
protestas la supuesta rebaja de inversiones que hará el
Gobierno en 2008 si sólo indican determinadas partidas
directas, y no declaran las partidas que no pasan por sus
manos precisamente y ello les hace proclamar esas quejas
¿no?
Tendríamos que retroceder a la época de auge pepero para
comprobar la diferencia y la deferencia. Pero no creo que
merezca la pena hacer Memoria Histórica por nuestra cuenta
en base a unas suposiciones que al fin y al cabo saldrán
adelante, quiéranlo que no, por sistemas legales y en
consenso con el resto de partidos, aunque sigan en sus trece
los del PP en no colaborar, por cuanto estos PGE están
configurados de manera que conllevan un claro beneficio para
todo el conjunto del país y su reparto se ubica en la
realidad de cada Comunidad.
Tenemos que tener en cuenta que no siempre estaremos mamando
de las ubres gubernativas y Ceuta es una ciudad con las
fauces siempre abiertas, que no paran de tragar euros tras
euros, sin ofrecer contrapartidas que sirvan para refrendar
mas solicitudes de mayores importes.
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