El presidente de la Ciudad
Autónoma de Ceuta dio cuenta ayer de los primeros cien días
de su Gobierno en el poder de forma solidaria y colegiada.
Vivas no quiso señalar con el dedo a ningún área de la que
hubiera esperado más de lo que ha rendido pero, asumiendo
que aunque en los tres meses transcurridos desde su toma de
posesión las cosas se podían haber hecho “mejor” lo
realizado ha estado “bien”.
En realidad, más que a lo concretado el presidente se
refirió a lo proyectado y, sin decirlo, pidió tiempo para
hacer un balance más sosegado y real cuando la legislatura
esté más avanzada. En sintonía con su discurso,
estructurado, ordenado y coherente, Vivas hizo bien en
felicitarse porque en la primera de sus tareas, la de
proyectar lo que su Gabinete debe cumplir de aquí a 2011, su
desempeño debe valorarse con nota. Siguiendo las siete
prioridades que ya se marcó en su discurso en las Murallas
Reales el líder del Ejecutivo autonómico enumeró los
proyectos que, en diferente grado de adelanto, tienen en
cartera él mismo y sus consejeros para conseguir que Ceuta
no tenga nada que envidiar a cualquier otra ciudad de la
península cuando termine el ciclo político que comenzó el
pasado 27 de mayo.
En su haber queda ahora velar porque todo su Gobierno se
aplique en conseguir que lleguen a buen puerto planes tan
ambiciosos como el de concluir la reforma del centro
histórico con las peatonalizaciones en marcha, la puesta en
funcionamiento de la ansiada Manzana del Revellín y la
ambiciosa reordenación del entorno de la Plaza de la
Constitución.
Igualmente, habrá que seguir con atención si el III Plan de
Dotación en barriadas sirve realmente para poner los
servicios públicos de los residentes en la periferia al
nivel de los centros, clave para avanzar en la “prioritaria”
acción encaminada a lograr la cohesión social de todos esos
ceutíes a los que ayer Vivas dijo estar “orgulloso” de
representar para no defraudar las expectativas que en él
depositaron el 27-M.
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