Después de presenciar en
televisión la “entrevista” entre el Presidente del país más
poderoso de la tierra George W. Bush y nuestro Presidente
del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero en el hall de la
sala donde se iba a celebrar una cena entre los asistentes a
la reunión de alto nivel sobre el cambio climático que ha
acogido la O.N.U. y la apertura del 62 período de sesiones
de la Asamblea General de las Naciones Unidas, apreciamos
como la misma no pasó del “Hola, ¿cómo estás?.” Y la
contestación de nuestro presidente de “muy bien”. Total como
si de un “diálogo de besugos” se tratara tal el que nos
presentaba la sección del TBO en nuestros años juveniles:
Buenos días ¿Vd. porqué esta tan gordo?. Yo porque no
discuto. Eso es imposible. Bueno, pues si Vd. lo dice…
No cabe duda que, desde que Zapatero permaneció impasible,
sentado, ante la presencia del paso de la bandera de los
Estados Unidos con motivo de celebrarse el Día de la Fiesta
Nacional de España; de la retirada de nuestros soldados en
Irak, en clara desatención al acuerdo formalizado por José
María Aznar con el presidente de la nación americana; de la
“confidencia” al Presidente de la República Francesa Jacques
Chirac de que el candidato Kerry iba ganar las elecciones a
Georges W.Bush; de los acuerdos con países contrarios, por
decirlo con sutileza, a la política de los EE.UU. como la
Venezuela de Hugo Chaves (perteneciente a la izquierda mas
radical, que mantiene intensas relaciones diplomáticas con
mandatarios internacionales abiertamente enfrentados al
Gobierno de Estados Unidos, quien calificó a Bush de
“diablo” y, para mayor abundancia de datos, fue Zapatero el
principal valedor, tras su visita al país, de la venta de
barcos y material militar a la nación sudamericana); la
Bolivia de Evo Morales (nacionalizador de las empresas de
hidrocarburos, incluidas las españolas y “embajador” de su
país en tierras cubanas), o la Cuba de Fidel Castro (quien
recomienda que “dejemos que cada cual medite sobre la misión
atroz de los gobiernos represivos que formó EE. UU. durante
décadas para la América Latina en las escuelas
norteamericanas de torturadores y el papel de la droga que
sustenta en el mercado de la sociedad consumista del
imperio”) o sea: tres declarados enemigos del capitalismo
(¿el peor enemigo de la humanidad que diría el presidente
boliviano?).
Y si a ello agregamos las visitas a estos países, con la
anuencia de sus políticas, por parte del Ministro de Asuntos
Exteriores español Miguel Ángel Moratinos, concluiremos que
todo ello ha hecho, sin duda, que por parte de George W.
Bush se actúe con indiferencia y frialdad ante la presencia
de J. L. Rodríguez Zapatero y, como ya hemos dicho, lo
despache con un “hola, como estás” y nuestro presidente
conteste: “muy bien”. Igual que el “diálogo de besugos” a
que hemos hecho referencia o, también, pudiera entenderse
como al estilo más lacónico de las viñetas de Forges en el
diario El País.
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