Es evidente que estamos llegando a
un punto de saturación en el que puede que nuestras neuronas
se nieguen a continuar intentando descifrar lo que hay de
cierto y de falso en esta verdadera avalancha de
informaciones que el Gobierno está intentando derramar sobre
la ciudadanía, para que se olvide de la trayectoria errante
y contradictoria de su ejecutoria durante toda esta
feneciente legislatura. Es cierto que sus primeros pasos han
sido obligados. El apagón en Barcelona; el desastre de sus
transportes de cercanías y la deficiente actuación de las
autoridades encargadas de hacerse cargo de la situación,
pusieron al Gobierno central en una delicada situación ante
la ciudadanía catalana, que se sintió molesta, perjudicada y
humillada. No hay duda que esta incidencia impulsó a ZP a
tomar medidas de choque para evitar una importante sangría
de votos en Catalunya.
En efecto, los millones de euros procedentes de las arcas
del Estado han caido sobre las “barretinas” catalanas con
tanta profusión y liberalidad (se habla de más de 30.000
millones de euros en siete años) que, hasta los peseteros
representantes catalanes que negociaron con Solbes, todavía
se hacen cruces de la liberalidad del ministro de Economía.
Tanto es así que ahora no tienen suficientes proyectos en
los que invertir tan pródigo maná pecuniario. Pero el
peligro de ser tan dadivosos con el dinero, que se ha
recaudado de los ciudadanos de a pie, es que se sabe por
donde se empieza pero se ignora como se acabará. Por de
pronto en Andalucía, otra de las autonomías que son el ojito
derecho de ZP, el señor Chávez se ha apresurado a reclamar
su parte para que no se diga que no es diligente en imitar a
los catalanes. Pues bien, ya ha conseguido inversiones por
un importe de 4.000 millones de euros más un pico de 300
millones más por aquello de la “deuda histórica” que, vayan
ustedes a saber lo que será eso. Por lo visto, al señor
Zapatero eso de hacer de papá Noel le resulta agradable y
más si ello le reporta votos para los próximos comicios.
Lo que ocurre es que las otras autonomías, las Cenicientas
de esta España que se está haciendo girones, empiezan a
despertar de su letargo conformista y se dan cuenta de quien
no llora no mama de la ubre estatal y, aunque con retraso,
se han puesto en la cola de las pedigüeñas para ver si les
toca algún hueso que roer.
Lo que sí es cierto es que, lo ahora se conoce como” El
Gobierno de España” -acuñación reciente promovida por
Zapatero; está navegando en abundancia y el talonario de
cheques echa humo de los leñazos que los socialistas le
están dando. Setecientas mil viviendas ofrecidas por Chavez
en Andalucía; desgravaciones fiscales para los
arrendamientos; 210 euros a los jóvenes para que puedan
largarse de sus casas (¡qué manía de favorecer que la
juventud se emancipe!) con lo que lo único que consiguen es
que se aumente la demanda de viviendas; luego, cuando se
descasan - incidencia que según las encuestas cada vez es
más frecuente-, como ya se han ido de la casa de sus padres,
necesitan una vivienda cada excónyuge o pareja de hecho, que
para el caso da lo mismo. A los mayores de 30 años, a las
viudas y a los ancianos no vale la pena ayudarlos, ¡total,
si sólo son una carga para la sociedad!
Y es que la Chacón, esta perla que han sacado de Catalunya,
se ha tomado en serio su cargo ministerial y ha decidido
que, cueste lo que cueste, aunque España se hunda, el dinero
de los contribuyentes se ha de repartir a mansalva. mientras
quede algo, para así conseguir el máximo de votos de los
futuros beneficiarios. Una cosa curiosa, el señor Solbes,
cuando se le ha echado en cara que se favorecía a unas
comunidades mientras se perjudicaba a otras ha contestado:
“este fin de semana me meteré a estudiar las cuentas”.
¡Vamos servidos si las prebendas se reparten antes de que,
el máximo responsable de la Economía del país, haya
comprobado si se pueden o no pagar. Un aviso para
navegantes: no pierdan de vista el Fondo de Garantía de las
Pensiones.
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