Son justo los que hay que subir para llegar a la nueva
redacción de “El Pueblo”, desde una planta baja funcional y
armónica. De mármol, con unos pasamanos modernos que dan
paso al centro neurálgico de un periódico que, a pesar de
viejas y reconcentradas tramas pertrechadas por “enemigos”
que se resisten a ser únicos e irrenunciables, y a los que
les sigue “jodiendo” ver crecer y modernizarse a otro medio,
por querer ser sólo únicos en el mercado de la información,
sigue el rumbo del equilibrio, de la no ingerencia, de la
garantía de la información. “El Pueblo”, por mucho que
deseen otros, que quieran los que no lo quieren, está ahí,
sin moverse del sitio (y nunca mejor dicho).
Es “El Pueblo”, que ya es decir. Llevar por cabecera ese
título es mucha responsabilidad. Es la alternancia sincera
para unos profesionales que rearmados en sus expectativas
ofrecen lo último, lo que casi pasa en tiempo real. Es un
modelo de abrirse camino en un periodismo local, pero de
vanguardia, joven pero audaz, el de siempre, pero con
formato de hoy.
Son ya unos pocos de años, ¡¡uff, unos cuantos!!. Hemos
vivido los mejores y los peores momentos; cabeceras llenas
de un contenido fundamentalmente local y unas entrañas a
reventar de “cosas de Ceuta”. Se ha vivido el día a día con
perseverancia, llenos de equidad, sin favorecer a éste por
aquel. En el punto justo al que un periódico debe
enfrentarse a diario.
En fin, veinte escalones para seguir diciendo la verdad de
lo que ocurre en esta bendita ciudad.
En la visita por las nuevas instalaciones, se me ha ocurrido
todo esto, pero obligadamente debo volver a la calle y
vuelvo a la que hasta ahora ha sido la redacción que nos ha
dado cobijo durante la remodelación. Antes, me tomo un café
en “El mentidero” y viendo lo que veo, no tengo más remedios
que sonreírme.... En un rincón, apiladas, cajas de un
producto comestible; La marca comercial: “El
Pueblo”…..vamos, una confabulación judeo-masónica, que diría
alguien que yo me se, y que lanzaría rayos y centellas, si
pudiera, contra el progreso de “EL PUEBLO DE CEUTA”.
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