No podía fallar. Y miren que lo
venimos advirtiendo desde hace tiempo, pero hay algunos que
todavía no se han enterado. ¿A quién se le ocurre dejar
entrar el señor Zapatero en un recinto donde España, el
equipo español de baloncesto, se jugaba el título de campeón
con Rusia? ¡No podía ocurrir otra cosa, perdimos! Y es que,
donde ZP mete baza, allí se produce la catástrofe. Gafe,
gafe y gafe de solemnidad ¡si señor! Pero hoy nos vamos a
ocupar de uno de sus adláteres, de menor categoría por
supuesto, pero no por ello menos incompetente. Uno más del
racimo de personajes de los que se ha rodeado el señor ZP,
expertos en denigrar sus cargos con sus torpezas. Hablemos
del Director General de Tráfico, señor Navarro.
Y es que este padre putativo del Carné por Puntos, este
orate que se recreaba, hasta hace unos meses, con la
autocomplacencia del inepto, fanfarroneando respecto a las
grandes ventajas que había reportado, a la seguridad vial,
la implantación de la nueva normativa, que incluía el famoso
Carné por Puntos; de pronto, cuando menos se lo podía
imaginar, se ha encontrado con la infausta nueva que le ha
obligado a tragarse sus anteriores palabras. Las cifras de
accidentes con muertos de los últimos meses han dejado
chiquitas las estadísticas de años anteriores y, toda la
parafernalia que se montó respecto al famoso Carné, se ha
desmoronado como un débil castillo de naipes. Pero, lo malo
del caso es que, en lugar de procurar disimular, de
esconderse en un lugar ignoto o, al menos, de asumir su
fracaso con humildad, prometiendo enmienda y
arrepentimiento; este señor, se ha salido por los cerros de
Úbeda, atribuyendo el incremento de siniestralidad a las
motos. Pero no a las motos corrientes, sino a las motos que,
según él, circulan por las carreteras porque somos un país
rico.
Me imagino, no dispongo de datos, que si examináramos las
estadísticas de años anteriores probablemente nos
encontraríamos que la proporción de muertos debidos a
accidentes de coches, con respeto a los de moto, serían
similares. Todos, o al menos muchos de los ciudadanos
españoles, han tenido primero un motociclo o una moto antes
de haber adquirido un coche. Es decir, que afirmar que en
este país hay más accidentes de motos que de coches es una
obviedad, por la sencilla razón de que deben circular muchas
más motos que coches y, por otra parte, la moto siempre ha
sido más peligrosa que el coche, incluso si la utilizas con
suma prudencia, debido a que está a merced de que un coche
pueda embestirla. Como es natural, la salida de tono del
señor Navarro ha tenido la consecuencia de irritar a las
asociaciones de motoristas que han pedido, como no podía ser
menos, su inmediata dimisión.
Parece que este Gobierno que padecemos se ha emperrado en
criminalizar a todos los conductores. No tienen en cuenta el
deficiente estado de las vias secundarias (en las que se
producen más accidentes mortales) ni los problemas que se
crean en las autopistas con los peajes ni los puntos negros,
que persisten a pesar de haber sido denunciados por
conductores y vecinos. No, es preferible, y por supuesto más
lucrativo, aumentar las sanciones; poner radares por todas
partes (unos funcionan y otros no) y apabullar a los
conductores con prohibiciones, multas y vejaciones, como si,
en lugar de tratarse de pacíficos ciudadanos fueran
presuntos delincuentes. Yo les haría una sujerencia: en
lugar de invertir tanto en radares; de llenar miles de
expedientes administrativos; de enfrascarse en juicios
eternos y pagar a funcionarios inútiles; dediquen más
atención a hacer nuevas carreteras, a reparar las que hay, a
ensancharlas y a restablecer la eficaz guardia civil de
carreteras, tan eficiente y que tanta tranquilidad
proporcionaba a los buenos conductores. Mucho despilfarro en
subvenciones a la farándula; a películas incomestibles; a
estudios innecesarios de costes millonarios; a pagar a
paniaguados innecesarios e incompetentes; pero poco interés
en los derechos de los ciudadanos. Aunque , la verdad, no sé
de que me extraño conociendo, como conozco, el paño.
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