Hoy y mañana dedicaré esta columna
a dos singulares personajes (Ibn Hanbal y Abd-el-Wahab, a
Ibn Taymiyya lo dejo para otro momento), pues según tengo
entendido el sheik Said Ziani, experto saudí (hanbalí y
wahabí, por tanto) invitado por Laarbi Maateis, líder de la
comunidad “Tabligh” en Ceuta, impartirá estos días en el
salón de actos del IES “Siete Colinas” una de las charlas de
Ramadán.
Ibn Hanbal (780-855) nació y murió en Bagdad, siendo en su
tiempo un polémico y conocido teólogo y jurisconsulto en
cuyo pensamiento se basa una de las cuatro escuelas
jurídicas sunnís (históricamente la última), en este caso la
más rigorista, dogmática y purista. Hanbal, partiendo de una
estrecha lectura del Corán (en la que no cabrían alegorías
ni metáforas) y los hadices era totalmente contrario a la
teología especulativa, por entenderla como una posible
puerta a la introducción de innovaciones (bid´a) incorrectas
y, lo que es peor, pecaminosas, proponiendo en síntesis como
alternativa estrictas interpretaciones literales de los
textos sagrados: la única fuente de la “shari´a” es el
Corán, al que consideraba “increado” oponiéndose, de esta
forma, a los intentos de racionalización de los “mutazilíes”.
Como ulema, Hanbal rechazó tajantemente y como métodos tanto
la interpretación personal (“ra´y”) como el razonamiento
analógico (“quiyás”)¬, admitiendo sin embargo el consenso (“ichmá”)
siempre que se apoyara en el Corán o la Sunna; en cuanto a
los hadices entendía que la colección existente era
incompleta y, por tanto, poco representativa, por lo que se
dedicó con ahínco a su recopilación. Su obra más conocida es
“al-Musnad” (Compilación de tradiciones). El hanbalismo,
desplazado en la época otomana, alcanzó su apogeo en los dos
últimos siglos del califato abasí, continuando su vigencia
en Siria e Iraq hasta el siglo XVI.
Su importancia actual se debe a dos proyecciones… más una
anécdota local. 1: El seguidor más conocido del hanbalismo
fue el fanático Ibn Taymiyya (muerto hacia 1328), cuyas
extremistas interpretaciones sirvieron de fundamento ya en
el siglo XVIII al “wahabismo”, doctrina intransigente y
fundamentalista como pocas vigente hoy día en Arabia Saudí;
y 2: Ibn Hanbal y el “wahabismo”, enlazados por el “puente”
que representó otro extremista, Ibn Taymiyya, son hoy uno de
los iconos referenciales del radicalismo del mundo musulmán…
y de la ideología del “holding” terrorista “Al Qaïda”.
En cuanto a la “anécdota local” que comentaba, ya se la
adelanté al principio: la conferencia del invitado ulema
saudí… en un centro de enseñanza. ¿Y por qué no en una
mezquita, digo?. Llama la atención que, habiendo
interpretaciones mucho más abiertas y tolerantes del Islam
(la “hanafí” primero y la “malikí” después), la cúpula de
los Tabligh locales tenga la insolencia de traer a un
experto de ese pelaje, visita por otro lado de alto valor
didáctico pues algunos muestran con ella su referente
enseñando, como el lobo del cuento, la patita. ¿Qué pensarán
sobre el “wahabismo hanbalí” la inmensa mayoría de los
musulmanes “malikíes” que viven en Ceuta, ciudad querida?.
Mañana… más. Inch´Aláh.
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