El sector crítico está a punto de declarar la ‘guerra’
abierta a los oficialistas del PSOE encabezados por Enrique
Moya al frente de la actual Gestora. “Si Moya cree que nos
va a cansar, se equivoca”, admiten. “nuestro deseo es salvar
el partido y el de ellos es salvaguardar los cargos públicos
que ocupan”, critican.
El presidente de la actual gestora del PSOE ceutí regresó de
Madrid [donde mantuvo una reunión con la dirección del
partido], con otra nueva negativa a la principal exigencia
del conocido como sector crítico: la celebración de un
congreso extraordinario antes de las próximas elecciones
generales. Según Moya, la dirección del PSOE mantiene la
tesis inicial de “la conveniencia de que se celebre un
congreso ordinario” pasadas las Generales. Además, con la
intención de erradicar el debate sobre la futura persona que
asuma la secretaría general, Moya hace “la petición, de que
cualquier legítima iniciativa a liderar” el partido en la
ciudad, “se reserve a la celebración del mencionado congreso
ordinario”, algo que asumirían los críticos si la Gestora
admite la celebración de una Asamblea de militantes “ya”. El
presidente de la gestora señaló cuál es el objetivo más
cercano del PSOE de Ceuta, “conseguir los mejores resultados
electorales en las próximas elecciones” y descarta de
antemano cualquier petición similar.
Aguas turbulentas
En la última reunión críticos y oficialistas se dijeron de
todo y los primeros no se terminan de creer que Madrid
conozca realmente lo que ocurre en Ceuta. Los críticos
recriminaron a Moya, y a su Gestora, la defensa a ultranza
de los cargos públicos que sus miembros ocupan en contra de
la voz de la militancia que “cansada ya de los
personalismos”, ahora han solicitado la celebración de una
asamblea de militantes, para que todos puedan dar su
“opinión sobre la situación del partido” que sirva para
cuestionar a la propia Gestora.
Dimisión
Los críticos, en una reunión tensa y dura, exigieron la
dimisión de Enrique Moya “pero está aferrado al puesto”,
algo que cansa a la militanncia. Algunos de ellos reconocen
que “no van a la sede para no verle la cara a Moya”. La
crisis es galopante.
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